¿Quién es el mejor cantante británico de rock? Seguro que entre los elegidos por muchos figuran Mercury, Lennon, McCartney, Jagger, Stewart, Elton, Daltrey, Plant, Gillan..., mas en Magnetófono añadimos la prodigiosa garganta de Paul Rodgers.
Alma de Free, cuyo All Right Now perdura desde 1970 como uno de los himnos del rock duro; igualmente de Bad Company, banda protagonista de este artículo, siguiendo con Firm y Law; puntual sucesor de Freddie Mercury en la gira de Queen en 2004 además de una larga carrera en solitario, Paul Bernard Rodgers impresiona con su variado registro vocal que emana de la influencia del blues para retumbar las paredes de la misma forma que amansa a las fieras.
Su vida cambió cuando muy joven su padre le regaló una guitarra, después aprendió él solo a tocar el bajo y el piano. Todavía adolescente partió de su Middlesbrough natal (ciudad portuaria al norte de Inglaterra) a Londres, un hervidero a finales de los sesenta de grupos y estilos.
Allí se unió al Paul Kossoff (guitarra), Simon Kirke (batería) y Andy Fraser (bajo) para formar Free. Después del petardazo de All Right Now pasaron a liderar con Led Zeppelin el advenimiento del ‘hard rock’ británico. En apenas cinco años publicaron seis álbumes.
Malas compañías
Tras la muerte de Jim Morrison en 1971 le ofrecieron ser el cantante de Doors y también le tentaron con reemplazar a Ian Gillan cuando dejó Deep Purple, pero Rodgers lo rechazó y se llevó a Kirke para crear el supergrupo Bad Company junto con el guita Mick Ralphs, de ilustre pasado con Mott The Hoople, y el bajista Boz Burrell, procedente de King Crimson.
El primer disco homónimo (1974) tuvo una espectacular acogida copando las listas y un single estratosférico, Can’t Get Enough, aparte de otros hitos como Rock Steady o Ready For Love.
Estrella fugaz
El siguiente año lanzaron el segundo LP, Straight Shooter, que contiene la que es probablemente la mejor composición de Rodgers, epopeya sobre el súbito ascenso y estrepitosa caída tan común en el rock que atinadamente tituló Shooting Star (estrella fugaz).
Rodgers relata con magistral mesura la historia de un chaval, Johnny, que cuando oye por primera vez a losBeatles sabe que llegará a ser una estrella del R&R. Graba un disco que asciende directamente al Nº 1. De repente todo el mundo le adora y él lo vive demasiado deprisa. Johnny murió una noche en su cama junto a una botella de whisky y pastillas para dormir. “Si escuchas la brisa todavía le puedes sentir tocar”.
Entonces estalla el estribillo con los memorables riffs de Ralphs mientras Rodgers repite y repite: “Acaso no sabes que eres una estrella fugaz, el mundo solamente te querrá mientras lo seas” para un final épico.
Dale duro
Good Lovin´Gone Bad, que abre el álbum y fue el primer sencillo, es la pura esencia del rock duro. Guitarrazos del autor Ralphs, la base de Kirk y Burrell cual estruendo y el vozarrón de Paul Rodgers lamentando que un buen amor acabe truncándose. Aminora en la tercera estrofa: “Soy un hombre con orgullo, no necesito a una mujer que me hiera”, y se vuelve a desatar la furia.
Fue el segundo single, Feel Like Makin’ Love, el que tuvo mayor aceptación en las listas. Arranque reposado con arpegios de Ralphs y un sentimental Rodgers arropado por coros líricos, hasta que se desencadena en el estribillo la tormenta perfecta con el ritmo más duro que un adoquín, los hirientes punteos; todo para que Rodgers explaye su deseo de hacer el amor.
Deal With The Preacher mantiene el vigoroso pulso con las cuerdas vocales de Rodgers a punto de ignorar ación porque no puede hacer un trato con el predicador.
Sin bajar los decibelios y un pegajoso contrapunto ronckanrolero, Wild Fire Woman, también compuesta al alimón por Ralphs y Rodgers, es la enésima demostración del poderío de Bad Company, en esta ocasión prendados por una mujer de fuego salvaje.
Sosiego
El baterista Kirke aporta dos temas. El primero es una delicia de nombre Weep No More que empieza con la clase a las seis ruedas de Ralphs, Rodgers se sienta al piano y le pide a Mary que no llore más en un midtempo realmente placentero. La otra se llama Anna, balada en la que Rodgers enternece el registro vocal con las baquetas presentes de Kirke.
Call On Me es el hermoso colofón al disco. Rodgers vuelve al piano y sosegado espera que ella le llame con otro soberbio punteo de Ralphs.
La formación original de Bad Company grabó cuatro discos más con un ramillete de excelentes temas: Run With The Pack, Young Blood (éxito de los Coasters y una de sus escasísimas versiones), Burnin’ Sky, Rock ’n’ Roll Fantasy, Gone, Gone, Gone o Electricland, por citar algunas.
Nuevos proyectos
Rodgers dejó la banda en 1983 para embarcarse en proyectos personales con homenajes a ídolos del blues y eventuales grupos como The Firm (junto a su amigo Jimmy Page, el hacha de Led Zeppelin) y The Law, además de la mencionada asociación con Queen tras la muerte de Freddie Mercury.
Le sustituyó Brian Howe, que había sido cantante con Ted Nugent, y a este Robert Hart hasta 1996. El cuarteto primigenio se volvió a reunir en 1999 para grabar cuatro nuevos temas que se incluyeron en un extenso recopilatorio. El último testimonio fue una gira en 2001 con su fiel Kirke, pero sin Ralphs ni Burrell, y que se plasmó en el DVD Merchants Of Cool.
Reivindicamos que Straight Shooter es mucho más que álbum de rock cañero en el tienen igualmente cabida la herencia del blues y episodios más tranquilos rebosantes de sentimiento. Una tirada perfecta como ilustra la portada con los dados al aire en una mesa de casino.
¡A disfrutarlo, háganme el favor!
BAD COMPANY - STRAIGHT SHOOTER (1975)
.1. Good Lovin’ Gone Bad. (Mick Ralphs)
.2. Feel Like Makin’ Love (Mick Ralphs/Paul Rodgers)
.3. Weep No More (Simon Kirke)
.4. Shooting Star (Paul Rodgers)
.5. Deal With The Preacher (Ralphs/Rodgers)
.6. Wild Fire Woman (Ralphs/Rodgers)
.7. Anna (Kirke)
.8. Call On Me (Rodgers)
- Otros discos recomendados: BadCo (1974), Run With The Pack (1976), Desolation Angels (1979), The 'Original' Bad Co. Anthology (recopilatorio, 1999)
El blues puede presumir de tener casi tantos reyes como los de Taifas y Godos, pero ninguno como Riley Ben King, apodado Blues Boy King y universalmente conocido como B. B. King, que expandió este género a todas las audiencias.
Dotado de una fascinante elegancia para hacer llorar, reír y hasta enfurecer a su inseparable guitarra Gibson Lucille en constante competición con un imponente vozarrón, King se erigió en el mayor protagonista de este género con una prolífica carrera que abarcó más de 60 años.
Recolector de algodón en su Misisipí natal, su primo Bukka White le enseñó a tocar la guitarra que ya nunca abandonó. Fue profesor rural y con 23 años se instaló en Memphis, formó su propia banda, muy influenciado por estilo de T-Bone Walker, trabajó de DJ en una radio y despegó sin retorno a principios de los 50.
Los Four Tops fueron insignes 'culpables' de que la Motown se convirtiera en una interminable fábrica de éxitos desde mediados de los 60 con una sucesión de singles soul-pop de la mejor factura que superaron repetidamente el Top 10 de las listas.
Quizás menos recordados que las megaestrellas del sello de Detroit como Diana Ross & The Supremes, Temptations, Marvin Gaye, Stevie Wonder, Smokey Robinson o Jackson 5, este cuarteto brilló a su misma altura gracias a la imponente garganta barítona de Levi Stubbs, flanqueado por las armonías más amables de Abdul "Duke" Fakir (tenor), Renaldo "Obie" Benson (grave) y Lawrence Payton (con el contrapunto meloso).
Se cumple ya un año y seguimos llorando la muerte de Dr. John, excelso pianista y uno de los más grandes divulgadores de la riqueza musical de Nueva Orleans con el mérito añadido de ser ¡blanco!.
Malcolm John Rebennack (cuyo padre tenía una tienda de discos) se empapó desde niño del jazz, el blues y de los ritos y bailes ancestrales del Mardi Gras, el genuino carnaval de la Crescent City, para abrazar con pasión la llegada del Rock and Roll.
Apenas con 17 años (1958) ya componía y formaba parte de bandas de reconocidos artistas como Frankie Ford o Lloyd Price, primero como guitarrista que cambió por el piano al dañarse el dedo anular izquierdo por un disparo durante una pelea.
Estamos de fiesta en magnetofono.com porque no todos los días se celebra un centenario y queremos compartirlo con todos nuestros fieles seguidores.
Las reseñas de Los Discos de Nuestra Vida llegan a las tres cifras y qué mejor que hacerlo con el mismo sublime cascarrabias con el que arrancamos esta sección hace unos años. No puede ser otro que Van Morrison.
Si la primera entrega fue Mondance allá por 2016, ahora os proponemos el que probablemente permanezca como el más auténtico testimonio de un concierto: It's Too Late To Stop Now. O sea, que ya es muy tarde para echarnos atrás.
Nunca estuvo el de Belfast mejor acompañado que con la Caledonia Soul Orchestra, integrada por once músicos con sección de viento y cuerdas, y pocas veces ha mostrado en directo tanta energía como en esta gira de 1973 grabada en Los Angeles y el Rainbow de Londres.
La garganta más profunda del rock español tiene nombre y apellido, Carlos Tarque. Un torrente gutural que es la seña de identidad de MClan.
Esta banda murciana despegó en 1995 (Un Buen Momento) con claras influencias sureñas de Lynyrd Skynyrd y Allman Brothers, se endureció con Coliseum (1997), álbum de culto para los 'heavys', y se 'vendió' a la industria con el directo Sin Enchufe (2001).
Inmunes , más o menos, a toda esta controversia, el grupo que nos ocupa se ha consolidado como el mejor referente nacional de rock con músculo.