La obsesión de los blancos por empaparse del alma musical de los negros es una constante. Elvis Presley fue el primero en propagarlo masivamente y en la tumultuosa década de los años 60 se produjo una eclosión de bandas que renegaban de su piel pálida para sonar como los grandes artistas de ébano, entre los que distinguimos a The Rascals.
Coetáneos de Box Tops, Animals, Rare Earth, Them o Spencer Davis Group (otros se decantaron más por el blues como los Rolling Stones, Yardbirds o los primeros Fleetwood Mac), este cuarteto de Nueva Jersey fue uno de los ilustres precursores de lo que se bautizó como 'blue eyed soul'.
La historia comenzó con Felix Cavaliere, educado en piano clásico. Mientras estudiaba en la Universidad de Siracusa se unió a los Starliters, el grupo de acompañamiento de Joey Dee que tuvo su momento de gloria con Peppermint Twist.
A través del hermano mayor conoció al cantante y percusionista Eddie Brigati. Ambos apasionados del R&B decidieron formar un grupo reclutando al guitarrista canadiense Gene Cornish, compañero también en los Starliters, y al batería Dino Danelli. Así nacieron The Young Rascals, que podría traducirse como los 'jóvenes bribones'.
El buen amor
Descubiertos por el promotor Sid Bernstein, pronto fueron fichados como la primera banda blanca del sello Atlantic y en 1965 debutaron con la prometedora I Ain't Gonna Eat Out My Heart Anymore, antesala de su primer gran petardazo al año siguiente, Good Lovin'.
Compuesta por el célebre Rudy Clark, este 'buen amor' tuvo cierta repercusión por los Olympics, pero fue la versión de los Young Rascals la que se disparó al número 1 de las listas.
Good Lovin' es fiel reflejo de su estilo con una festiva base sónica a cargo de Danelli, el protagonismo del órgano de Cavaliere junto a su envolvente voz, el contrapunto de los punteos de Cornish y los coros y percusión de Brigati para una excitante descarga de soul que ya es un clásico con innumerables versiones.
Al igual que, por ejemplo, los Doors, los Rascals no tenían un bajista oficial. En el estudio lo tocaba el reputado Chuck Rainey y en directo se encargaba Cavaliere con el pedal del órgano.
La cara B del single era otra rendición a la inspiración afroamericana, Mustang Sally, original de Sir Mack Rice y que Atlantic decidió darle más relevancia a la que grabó ese mismo 1966 Wilson Pickett, de quien también recrearon la inmortal In The Midnight Hour.
El reto de mantenerse en la cúspide se antojaba difícil y el tercer single You Better Run, ya compuesta por ellos, no superó el Top20, aunque se trata de otra poderosa canción con tintes garajeros que se conserva muy fresca. Cavaliere canta con garra en tanto que guitarra y órgano entablan un titánico duelo con ritmo entrecortado que se enerva. Pat Benatar la rejuveneció en 1980.
Cavaliere y Brigati comparten de maravilla la voz solista y la autoría de Love Is A Beautiful Thing, cara B de la anterior con un alegre espíritu soul-popero.
El siguiente lanzamiento, Come On Up, supone una vorágine funky en la que se desata rugiente Cavaliere a las cuerdas vocales y al órgano, respondido con los riffs de Cornish. Altamente recomendada para echar un bailecito.
Groovin'
Entramos en 1967 con el tercer LP, Groovin', que marcó un nuevo hito en su carrera.
El tema principal destila un aire latino de las teclas y la interpretación de Felix Cavaliere 'disfrutando de un sábado por la tarde con su chica', unido a la percusión y los coros de Eddie Brigati, preludio de lo que fue su evolución en los años siguientes.
I've Lonely Too Long es soul en estado puro, conducido con el piano y el fondo del Hammond de Cavaliere nos deleita pleno de tonalidades: 'He estado solo demasiado tiempo', mientras el ritmo escala con la bate presente de Danelli, los coros de Brigati y los destellos de Cornish a las seis cuerdas.
It's Wonderful bascula entre el pop y el soul con brío instrumental y las voces ensambladas de Felix y Eddie.
Este álbum contiene dos delicadas joyas de tiempo medio, A Girl Like You, con vientos y supremos coros, y How Can I Be Sure, balada en la que se luce Brigati con voz aterciopelada rodeado del piano del Cavaliere.
¿Madurez?
1968 fue un año crucial. Para empezar se quitaron la juventud del nombre para quedarse simplemente en The Rascals y editaron un disco conceptual, Once Upon A Dream, claramente inspirado en el Sargento Peppers de los Beatles con nuevos horizontes musicales más líricos que, a juicio de muchos, lastró su espontaneidad anterior.
Muestra de ello es la epopeya pop A Beautiful Morning. Cavaliere la salva con su interpretación inmerso en los bongos y coros angelicales de Brigati, y en Easy Rollin' la protagonista es la armónica y los finos punteos de Cornish.
Hasta aquí el repaso de esta primera etapa de los 'bribones' reflejado en el recopilatorio Peace Time.
A partir de entonces, el grupo se orientó más a la psicodelia y al jazz para terminar su andadura en 1972 con The Island Of Real. Cavaliere publicó varios discos en solitario, con especial atención al primero homónimo; Eddie y su hermano David también sacaron un larga duración, mientras que Cornish y Danelli formaron Bulldog y después Fotomaker, estupenda banda de power pop. Steve Van Zandt contó con el batería para su banda paralela al trabajo con el 'Boss' Springsteen, Disciples Of Soul.
Bien por nostalgia, por dinero o ambas cosas Cavaliere y Cornish han revivido a los Rascals que siguen tocando esporádicamente. Nosotros seguimos disfrutando de aquellos jóvenes bribones.
¡A disfrutarlo, háganme el favor!
THE (YOUNG) RASCALS - TIME PEACE (1965 - 1968)
.1. I Ain't Gonna Eat Out My Heart Anymore (Sawyer-Burton)
.2. Good Lovin' (Clark-Resnick)
.3. You Better Run
.4. Come On Up
.5. Mustang Sally (Bonnie Rice)
.6. Love Is A Beautiful Thing
.7. In The Midnight Hour (Pickett-Cropper)
.8. Lonely Too Long (Cavaliere)
.9. Groovin'
10. A Girl Like You
11. How Can I Be Sure
12. It's Wonderful
13. Easy Rollin'
14. A Beautiful Morning
. Todas las canciones de Felix Cavaliere y Eddie Brigati, salvo donde se indica.
- Otros discos recomendados: The Young Rascals (1966), Collections (1967), Groovin' (1967), Anthology (1965-1972)
Compositor de compositores es el mejor piropo que se le puede decir a John Hiatt. Sus canciones han sido versionadas por tantos artistas que con sus nombres se podría rellenar más de una de las torres de La Castellana.
Valga un botón (tamaño de payaso) de muestra: The Band, Bob Seger, Bonnie Raitt, Don Henley, Everly Brothers, J. Teixi Band, Emmylou Harris, Dave Edmunds, Buddy Guy, Joe Cocker, B.B. King & Eric Clapton, Iggy Pop, Linda Ronstadt, Marshall Crenshaw, Dr. Feelgood, Neville Brothers, Nick Lowe, Rosanne Cash, Searchers, Rodney Crowell, Mitch Ryder…
Llega el verano y las cortas vacaciones para la mayoría de los mortales, excepto para algunos privilegiados que disfrutan del estío todo el año como Jimmy Buffett, un simpático ’bon vivant’ siempre bronceado que entre paseos en barco y margaritas compone y canta canciones.
Millonario para más señas, merced a su imperio de restaurantes, casinos, fábricas de cerveza, inmobiliarias y, desde luego, una exitosa carrera musical cuyo estilo podría describirse como un tropical country-folk-rock aderezado con animosos destellos de R&R, guiños latinos y un hedonista sentido del humor, reflejado también en su faceta de escritor.
James William Buffett vino al mundo el día de Navidad de 1946 en Mississippi, la infancia la pasó en Alabama y empezó su carrera musical en la meca del country, Nashville, pero fue ya en los 70 cuando descubrió su verdadero vergel en los cálidos cayos del sur de Florida, especialmente en Key West.
Barenaked Ladies, que se podría traducir como señoras desnudas, son en realidad una banda masculina canadiense que, hasta donde sabemos, suelen aparecer vestidos y que deslumbraron en 1992 con su primer álbum, Gordon, una fresca amalgama de estilos, primorosos ensambles vocales e instrumentales y farra a raudales.
Ed Robertson y Steven Page, compañeros de cole en Toronto, compartieron sus afinidades musicales después de un concierto de Peter Gabriel y se lanzaron como dúo acústico por los garitos de la ciudad. Con la ambición de formar un verdadero grupo enrolaron a los hermanos Jim (contrabajo) y Andy Creeggan (teclas y percusión) y Tyler Stewart (batería).
La cerveza y esa música ruidosa y canalla que tanto nos gusta siempre han hecho buenas migas.
Precisamente por eso reivindicamos en estos penosos tiempos que vivimos de distanciamientos y restricciones a los locales de conciertos el movimiento Pub Rock, nacido a principios de los 70 en Londres, donde el sudor, los decibelios y los efluvios del lúpulo se fundían en pequeños bares entre las bandas y el público bien pertrechado de pintas.
Brinsley Schwarz fueron el grupo más representativo del Pub Rock, en el que cabían todos los estilos desde country, blues, Soul, R&R… pero con el denominador común de cocerse en directo en garitos mínimos como Hope and Anchor o Tally Ho y que se fue expandiendo por muchos otros en Inglaterra.
The Velvet Underground fueron, y siguen siendo, objeto de culto de la escena musical y artística de Nueva York en la segunda mitad de los 60. Cuando tocaron a su fin en 1970, su padre espiritual Lou Reed emprendió una carrera en solitario con un primer disco homónimo que no trascendió.
Entonces llegó al rescate David Bowie, declarado admirador del sonido y estética de la Velvet, para producir y dar el empujón definitivo a Lou Reed con Transformer.
Grandiosa obra que ya desde la portada ilustra la imagen glam del momento y, lo más importante, reproduce el talento de este artista transgresor con una amalgama de canciones que van desde el rock visceral a la sensibilidad más tierna o a la golfería cabaretera.