El teorema de Pitágoras, el de la relatividad de Einstein o la ley de la gravedad de Newton son seguro hitos en la historia de la ciencia, pero para este modesto cronista la fórmula más perfecta jamás escrita se llama Starry Eyes.
Percibir que cuando te cae una manzana en la cabeza te provoca un chichón es muy fácil. Mucho más arduo es ensamblar un ritmo animado y contagioso, alicatado con memorables fraseos de guitarras y un fascinante juego de voces, pócima mágica que esculpieron los ingleses The Records en el más bello testimonio popero de la New Wave.
El batería Will Birch y el guita rítmica y cantante John Wicks, ambos provenientes de Kursaal Flyers, una de las bandas más señeras del antecesor pub rock, concibieron esta obra maestra de 'Ojos estrellados', que con letra del primero no se refiere a la chica de sus sueños sino a un egoísta manager que les deja tirados cuando van a firmar el contrato con la discográfica (Virgin).
40 años y tan lozana
Starry Eyes, su primer single en 1978 (¡¡40 años la contemplan!!), lo tenía todo para haber sido un gran bombazo en plena efervescencia nuevaolera y fue muy radiada, pero en el Reino Unido ni siquiera entró en las listas (¡vergogna!), paliado en Estados Unidos donde sí alcanzó el top 50.
Para nuestra suerte, el álbum Shades In Bed contiene muchas más canciones de extraordinaria orfebrería como Teenerama, el siguiente sencillo, en otra irresistible porción power pop con los punteos de Huw Gower y el bajista Phil Brown, los otros dos miembros del grupo.
"Coca Cola es lo único que bebes (…) y chuches lo único que comes, la forma en que sonríes y haces guiños. Dame, dame, dame Teenerama" en un extrovertido canto a la adolescencia.
Todo patas arriba
Esa misma fuerza descarga All Messed Up and Ready To Go. Todo lo tiene patas arriba, pero le da igual porque va a quedar esa noche con su chica.
El sueño, o la falta del mismo, se reflejan estupendamente en Insomnia, con un riff brutal de Gower y la siempre atractiva voz de Wicks. "He tomado todo tipo de pastillas y contado a todas las ovejas, pero no puedo dormir".
O cuando vives al revés en Up All Night, una delicia más pausada, al igual que la pegadiza Affection Rejected en otro alarde vocal que lamenta no ser correspondido en el amor.
Más dosis estimulantes encontramos en Girl, rockera que abre la edición inglesa del álbum, contrapunto a la infecciosa Another Star; la enérgica Girls That Don't Exist con la voz solista de Brown y buen órgano del invitado Ian Gibbons y The Phone, con un crescendo intenso.
El lanzamiento en Gran Bretaña incluía de regalo un EP con cuatro curiosas versiones de Blue Ash, Kinks, California Spirit y Rolling Stones.
A Shades In Bed le siguió el también espléndido Crashes (1980) y dos años después Music On Both Sides, pero sin mayor repercusión, lo que provocó su disolución.
Will Birch siguió muy activo como comentarista musical, productor y colaborador de buenos amigos, Dr. Feelgod, Long Ryders, Billy Bremner, Dave Edmunds…, mientras que Wicks mantuvo en solitario el espíritu de la banda hasta que el pasado octubre sucumbió a un cruel cáncer de páncreas.
¡A disfrutarlo, háganme el favor!
THE RECORDS - SHADES IN BED (1979)
.1. Girl (Wicks/Birch/Phil Brown)
.2. Teenerama
.3. Girls That Don't Exist (Birch/Richie Bull)
.4. Starry Eyes
.5. Up All Night
.6. All Messed Up And Ready To Go
.7. Insomnia
.8. Affection Rejected (Wicks/Birch/Huw Gower)
.9. The Phone (Gower/Birch)
10 Another Star
- Todos los temas John Wicks/Will Birch, salvo donde se indica.
- Otros discos recomendados: Crashes (1980), Music On Both Sides (1982), Smashes, Crashes and Near Misses (recopilación).
Las navidades pueden ser también calurosas y hasta calentitas. Mismamente por ello, os presentamos un disco recién salido del horno de la mano de la banda chicana por antonomasia de Los Angeles, no pueden ser otros que Los Lobos con una mezcolanza de cumbia, salsa, corrido, bolero (….) y hasta una pizca de rock, swing y soul.
Olvidemos por un rato el frío y cambiemos muérdagos y acebos por palmeras, tamales, papayas, tequilas y roncitos para impregnarnos del espíritu de estos días con 'Llegó Navidad', que alterna el inglés y el español y es más desenchufado que calambroso.
Admitamos que Beatles, Rolling Stones, Who o Kinks tenían mucho más carisma y su legado musical es impresionante, pero ¡mira por donde! muy pocas bandas británicas pueden presumir de haber colocado más singles en las listas como los Hollies, con un total de 30.
Más poperos y más blanditos (algo discutible) este quinteto de Manchester fue uno de los favoritos del público en los 60 y bien entrados los 70, supo evolucionar desde la influencia del R&R y el soul americano a una identidad propia y sus armonías vocales no desmerecen de los 'FabFour', los Beach Boys o, perdón, Il Divo.
Estamos de fiesta en magnetofono.com porque no todos los días se celebra un centenario y queremos compartirlo con todos nuestros fieles seguidores.
Las reseñas de Los Discos de Nuestra Vida llegan a las tres cifras y qué mejor que hacerlo con el mismo sublime cascarrabias con el que arrancamos esta sección hace unos años. No puede ser otro que Van Morrison.
Si la primera entrega fue Mondance allá por 2016, ahora os proponemos el que probablemente permanezca como el más auténtico testimonio de un concierto: It's Too Late To Stop Now. O sea, que ya es muy tarde para echarnos atrás.
Nunca estuvo el de Belfast mejor acompañado que con la Caledonia Soul Orchestra, integrada por once músicos con sección de viento y cuerdas, y pocas veces ha mostrado en directo tanta energía como en esta gira de 1973 grabada en Los Angeles y el Rainbow de Londres.
Quizás pueda estar mal visto, pero ser músico blanco en Detroit todavía no se ha prohibido ni conlleva cárcel.
Uno de los santuarios del soul por ser la cuna de la Tamla Motown también ha visto nacer y/o crecer a grandes artistas de tez clara como los Stooges, MC5, Bob Seger, White Stripes o Romantics…
Una incesante batería de Jimmy Marinos, el sostén del bajo de Richie Cole y las guitas como dagas de Mike Skill y Wally Palmar que canta con furia When I Look In Your Eyes ejemplifican el estilo de este cuarteto poco romantico (el nombre se debe a que se formaron el día de San Valentín de 1977), que se dio a conocer al mundo en 1979 con una llamativa portada enfundados en chillones trajes de cuero rojo.
Cuando a principios de 1972 los Rolling Stones se recluyeron con el estudio móvil a cuestas en la mansión de la costa del sur de Francia de Keith Richards, donde es probable que consumieran algo más que agua y tabaco, tenían ante sí el difícil reto de no desmerecer la excelente secuencia de sus anteriores trabajos: Beggars Banquet, Let It Bleed y Sticky Fingers (aparte del directo Get Yer Ya-Ya's Out).