La de Sixto Rodríguez es una de las historias más enigmáticas e increíbles del rock: muerto y resucitado.

Hijo de inmigrantes mexicanos establecidos en Detroit fue descubierto a finales de los 60 cuando actuaba en un bar de la ‘Motor City’ por los afamados productores Denis Coffey y Mike Theodore.

Impresionados por sus canciones, cargadas de contenido social y político en favor de los más oprimidos y marginados, junto a una magnética interpretación que transfiguraba a Dylan con la lógica influencia negra Motown de su ciudad y el rock experimental, se apresuraron en conseguirle un contrato.

Solo vendió seis discos

En 1970 se editó Cold Fact, arropado por buenos músicos de sesión (incluidos miembros de los Funk Brothers, fundamentales en el sonido Motown) y una producción que añadía arreglos psicodélicos acordes con el momento. Todas las expectativas de convertir a Sixto Díaz Rodríguez en una nueva estrella se desvanecieron al pasar totalmente inadvertido y no tuvo mejor suerte el segundo Lp, Coming From Reality, grabado en Londres, más barroco en la orquestación y que todavía vendió menos. Al parecer apenas media docena.

Grabó algunas canciones más que no vieron la luz y en 1975 Rodríguez abandonó la música. Intentó infructuosamente hacer carrera política y para sacar adelante a sus tres hijas trabajó en una petrolera y de albañil.

Lo más alucinante estaba por ocurrir en la lejana Sudáfrica

Una copia de Cold Fact cayó en manos del periodista musical Craig Bartholomew y su amigo Stephen Segerman que quedaron impactados por la fuerza del cantautor chicano. 

Pese a estar censurado en las radios por el ‘apartheid’ Rodríguez se convirtió en un fenómeno, precisamente por su mensaje de lucha social. Sus discos se reeditaron con ventas millonarias, que se extendieron a Australia y Nueva Zelanda, y la leyenda se desbordó con rumores de que se había suicidado en el escenario o había muerto por sobredosis.

Afortunadamente, eran infundios y su hija Eva confirmó que su padre estaba vivo. Sixto Rodríguez se enteró casi tres décadas después de que era una leyenda en Sudáfrica y fue invitado a actuar allí con conciertos ante más de cinco mil personas, mientras seguía siendo un total desconocido en Estados Unidos.

Oscar Mejor Documental

Toda esta fantástica historia quedó reflejada en la excelente película Searching For Sugar Man, dirigida por el sueco Malik Bendjelloul y que ganó el Oscar en 2013 al Mejor Documental. Nos basamos en su banda sonora para repasar las canciones más representativas de Sixto.

En busca del ‘Hombre azúcar’

Es obligado comenzar con su emblemático Sugar Man, que en absoluto se refiere a un ‘hombre dulce’ sino al argot de un camello que le pasa la droga. Acústicas rasgadas y la voz hipnótica de Rodríguez con la base penetrante, teclas psicodélicas que consiguen el nirvana lisérgico que menciona de Jumpers (anfetaminas), coke (cocaína) y Sweet Mary Jane (marihuana).

Crucify Your Mind es una delicia recitada dylaniana con acústicas (“He visto tu autocompasión mientras las lágrimas caían por tus mejillas”), la aportación de los productores Mike Theodore (teclas y arreglo cuerdas y vientos) y Dennis Coffey (guitarra), unida a la base de Andrew Smith (batería) y Bob Babbitt (bajo).

La folkie Cause (“Perdí mi trabajo dos semanas antes de Navidad y hablé con Jesús en la alcantarilla”) es un descarnado relato del perdedor; la dinámica I Wonder, con el tremendo bajo de Babbitt, hilvana una retahíla de preguntas sobre la falta de amor, la soledad, el llanto de los niños, la muerte de los soldados y los sueños que nunca se cumplen.

La voz de Rodríguez nos envuelve con Like Janis (no queda claro si se refiere a Joplin, que murió en octubre de ese mismo 1970) en una riada de folk, pop y psicodelia, que también degustamos en Can’t Get Away con la flauta y percusión acompañando a un pesimista Rodríguez, quien no ve salida a la injusta vida urbana.

El blues del sistema

La protesta social se desata con toda su crudeza en This Is Not A Song, It's An Outburst: Or, The Establishment Blues (Esta no es una canción, es una explosión, el blues del sistema). No deja títere con cabeza al escupir contra políticos, mafia, contaminación, violencia, guerras… Blues revolucionario al vivo compás de las acústicas.

Inner City Blues, sin relación con la célebre de Marvin Gaye pero el mismo espíritu de sufrir la opresión urbana, insufla una extraordinaria fuerza con esa forma intransferible de cantar de Rodríguez, rodeado del florido elenco de cuerdas, vientos, teclas, guitarras…

La destreza del gran guitarrista inglés Chris Spedding adorna el recitado de A Most Disgusting Song: “La Mafia provee las drogas y los gobernantes se encogen de hombros”.  

También hay espacio para el amor y la melancolía en I Think Of You, con arpegios entre flamenco y blues, balada tierna que enlaza bien con la campera I’ll Slip Away, su primer single de 1967, o las de clara influencia de Bob Dylan: Street Boy y Jane S. Piddy.

Rodríguez, ya en este siglo, siguió tocando en directo de forma esporádica, siempre parapetado tras unas gafas negras, aunque poco o nada se sabe de él desde hace unos cuatro años salvo que no hay noticias de su defunción. O sea, buenas noticias.

¡A disfrutarlo, háganme el favor!

RODRÍGUEZ - SEARCHING FOR SUGAR MAN (1970 -1971)

.1. Sugar Man 

.2. Crucify Your Mind

.3. Cause

.4. I Wonder

.5. Like Janis

.6. This Is Not A Song, It's An Outburst: Or, The Establishment Blues

.7. Can’t Get Away

.8. I Think Of You

.9. Inner City Blues

10 Sandrevan Lullaby – Lifestyles

11 Street Boy

12 A Most Disgusting Song

13 I'll Slip Away

14 Jane S. Piddy

. Todos los temas compuestos por Sixto Rodríguez

. Otros discos recomendados: Cold Fact (1970), Coming From Reality (1971).

Todos los discos de nuestra vida