¿Una guitarra puede sonar mejor? ¿Una melodía puede ser más certera? ¿Es posible convertir una triste ruptura amorosa en una inyección mayor de euforia para tus venas? Concretando: ¿se puede escribir una canción más bonita? 

 Seguro. O depende. Pero "If I Could Change Your Mind", desde luego, es muy buena, y reúne todas las cualidades.

Bob Mould, que había protagonizado junto a sus dos compañeros en Husker Dü, Grant Hart y Greg Norton, uno de los capítulos más relevantes del rock alternativo de los años ochenta, estrenó en 1992 una nueva banda, Sugar, con el espectacular "Copper Blue".

En el disco, entre tormentas de guitarras y ritmos frenéticos y poderosos, se abría paso esa faceta de Mould como sensible compositor de irresistibles medios tiempos, o incluso baladas, que siempre había estado presente en sus trabajos pero quizá nunca de forma tan diáfana hasta entonces.

"Las lágrimas me inundan los ojos, estoy devastado por el dolor

y en algún lugar de mi mente sé que no habrá mañana.

Veo que te irás pronto, supongo que ya has tenido bastante,

pero si yo no puedo hacerte cambiar de opinión nadie lo hará"

 

Sugar duró tres discos y Mould emprendió a continuación una carrera en solitario que regularmente nos ofrece grandes momentos.

Pero "If I Could Change Your Mind" siempre tendrá un hueco en nuestro corazón.