Bob Mould - Michael Carossielli

La interstatal 80 hace un recorrido más largo que la ruta 66. La principal "calle" de los EEUU sale de Chicago y llega a Santa Mónica atravesando con forma de plátano el oeste del país, y la menos conocida 80 tiene un aspecto más plano y está situada más al norte uniendo New Jersey con San Francisco. Uniéndola con el pueblo de Bob Mould, Malone, se tarda nada menos que 44 horas en pasar del frío polar al fresquito moderado de la ciudad de The Independent, la sala de conciertos en la que Mould comienza la presentación de su nuevo album, Patch the sky.

Sigue con el formato de power trío de su anterior LP, Beauty and Ruin (2014), con Jason Narducy al bajo y Jon Wurster a la batería, quienes en sus ratos libres siguen con su proyecto Split Single y aportan la misma contundencia que Grant Hart y Greg Norton añadían en Husker Dü, hace más de 30 años. Bob Mould nunca ha abandonado el formato de rock guitarrero potente, pero en algunas ocasiones ha añadido un componente de suavidad a sus creaciones, dotándolas de arreglos más comedidos, lo que parecía indicar que los años no pasaban en balde y Mould se iba doblegando. Pero la actividad frenética del cantante, que comparte pueblo con Orville Gibson, fundador de la marca de guitarras, y como aquel ha ido cambiando de ciudad de residencia cada cierto tiempo, no parece tener límites. Influenciado por la convivencia que tiene San Francisco con sus terremotos, ahora se muestra preocupado con las catástrofes naturales en el tema The end of the things, donde muestra su temor por la vulnerabilidad que tenemos ante éstas, compartido a traves de soundcloud por Merge Records.

 

Su segundo avance, en formato video, Voices in My Head, dirigido por Alicia J. Rose, con la que ya trabajó en The Descendent, muestra diversas caras de un Bob, con aspecto de padre de familia algo perturbado.