Una chica puede hacer lo que quiera / y eso es lo que yo voy a hacer
no me importa una mierda mi mala reputación
En 1980 este era un mensaje transgresor, radical, incendiario... Si quien lo pronunciaba era una mujer.
Lo cantaba Joan Jett y, antes que reivindicativo, era autobiográfico. Tras sus años con las Runnaways, la primera banda de rock and roll enteramente femenina, Jett era considerada una joven salvaje y enloquecida y los ejecutivos de las compañías de discos se cambiaban de acera cuando se cruzaban con ella. No en vano se la considera la primera riot girrrl.
Nunca dije que quería mejorar mi situación
Estoy simplemente haciéndolo bien cuando me divierto
Y no tengo que pedir permiso a nadie
no me importa si piensas que soy extraña, no voy a cambiar
Joan escribió la canción con la ayuda del productor Kenny Laguna, amigo de los Who, quienes adelantaron el dinero para que se pudiera grabar el primer álbum en solitario de la cantante -la acompañaban los Blackhearts-, publicado en enero de 1981.
El tema, que no fue elegido como single, terminó convirtiéndose en un clásico, aunque la fama le llegó a la norteamericana al año siguiente de sopetón con "I Love Rock And Roll" (y todo lo demás me importa un huevo, que decían Aerolíneas Federales), una versión de los Arrows.
El tiempo hizo de Joan Jett una personalidad venerada y una influencia capital para muchas bandas femeninas y "Bad Reputation" adquirió el estatus de emblema rockero de la lucha feminista. Cuando en 2015 ingresó en el Rock & Roll Half of Fame, Jett abrió su concierto con ella.
El mundo tiene problemas / no hay comunicación
cada cual puede decir / lo que ellos quieran decir
esto no va a mejorar de todas formas
así que por qué debería preocuparme por mi mala reputación