Habían grabado un par de singles antes, pero fue "This Charming man" (1983) el que convirtió a los Smiths en un grupo famoso y a su cantante, Jim Morrisey, en un icono del pop británico.
La canción narra la historia de un joven que sube al lujoso automóvil del "hombre encantador". Éste le propone salir por la noche y el muchacho rechaza la oferta porque no tiene nada que ponerse. "Es horrible que alguien tan guapo tenga que preocuparse por eso", se compadece Mr. Charming man.
Morrysey contó que lo de quedarse en tierra por no tener ropa adecuada para ponerse "las raras veces que le invitaban a alguna parte" era una experiencia personal.
Tras años sin trabajo y sin dinero, "This Charming Man" hizo posible que la situación cambiara para Morrissey. Seguro que ya nunca más ha tenido que preocuparse por no tener "qué ponerse". Y seguro también que le han invitado a alguna fiesta.
La canción supuso una inyección de aire fresco en el panorama independiente de la música británica. La fantástica guitarra de Johnny Marr, autor de la música, y la intransferible voz de Morrissey, creaban un estilo personal y difícilmente imitable.
Varias décadas después, David Cameron levantó las iras de Marr y Morrissey cuando dijo que ésta era una las canciones que se llevaría a una isla desierta (también levantó las de Paul Weller al incluir Eton Rifles). Mozza, un ingenio siempre venenoso, prohibió al líder conservador que le gustara.
A mi "This Charming Man" me recuerda el olor de la primavera en el madrileño Parque del Oeste. Y el de los canutos envolviendo a la multitud de jóvenes allí congregada para ver una de aquellas fantásticas actuaciones gratuitas.
Y que a nadie le importara la larga espera hasta que comenzó el concierto. Y a experimentar por vez primera en carne propia la teoría del movimiento de masas cuando los Smiths salieron y empezaron a tocar los acordes de "William it was really nothing".