Al final de los años ochenta y principio de los noventa el rock alternativo fue un refrescante vendaval que rejuveneció e inyectó vida nueva al rock & roll. En 2021 casi todo el rock es ya alternativo -al menos en el sentido de minoritario y ajeno al mainstream- y algunos de aquellos grupos están entre los que mejor defienden sus valores de siempre. Un buen ejemplo son los discos publicados en las últimas semanas por Dinosaur Jr, Teenage Fanclub o Weezer. 

Dinosaur Jr - Swep It Into Space Desde que el trío original volvió a juntarse para grabar en 2007 sus entregas llegan espaciadas pero puntuales y nuca defraudan. La última, ‘Swep It Into Space’, está llena de melodías inspiradas y directas, construidas sobre la mágica guitarra de J. Macis, capaz de llenar las canciones de fuegos artificiales sin caer en aburridas demostraciones de su virtuosismo. Produce, y colabora en alguna canción, un “descendiente” de la banda, Kurt Vile. "I Ain’t",  "To Be Waiting", "I Ran Away",  "And Me", "I Expect It Always", "Hide Another Round"... el disco está lleno de grandes canciones que, pese a las generosas dosis de urgencia y distorsión, no dejan de sonar clásicas. Se salen del tono general  "Take It Back", que mira juguetona a los sesenta, "I Met The Stones", una incursión por el hard rock, y las dos que firma Lou Barlow, "You Wonder", y la triste, bella y apacible "Garden", uno de los grandes momentos de ‘Sweep It Into The Space’.


Teenage Fanclub - Endless Arcade Al contrario que sucede con Dinosaur Jr, es difícil creerse que los que grabaron A Catholic Education en 1990 sean los mismos de Endless Arcade. Sus tiempos como ruidosos héroes del rock alternativo favoritos de Nirvana quedan lejos, e incluso también hay cada vez más distancia con la etapa en que se convirtieron en los dueños de la fórmula magistral del power pop. Lo que sí mantienen inalterable, ahora como entonces, es su propósito: buscar la canción perfecta. En Endless Arcade, por primera vez en su carrera, Norman Blake y Raymond McGinley lo hacen sin Gerard Love, que decidió que había tomado bastantes aviones y recorrido suficientes kilómetros. Aún así el resultado es similar a los últimos álbumes: el apego absoluto al folk de finales de los sesenta, las perfectas armonías vocales, los arreglos impecables... y estupendas canciones: "Home", "The Sun Won’t Shine On Me",  "Everything is Fallen Apart" o "I’m More Inclined", donde cantan “No encontré religión, no la necesité / estoy más inclinado a poner mi fe en ti”. Una declaración de principios.

Weezer - OK Human - Van Weezer Weezer grabaron su primer disco en 1994, casi diez años después que Dinosaur Jr. Inesperadamente, su sigular fusión de hard rock, power pop y los Pixies se convirtió en éxito mundial e introdujo a la banda en una difusa categoría entre el rock alternativo y las ventas millonarias, inaugurando una carrera que ha discurrido al ritmo que marca el freakismo del inimitable Rivers Cuomo. En lo que va de 2021 nos han presentado nada menos que dos discos, y los dos estupendos. Primero "OK Human" -¿se acuerdan de OK Computer?- un disco compuesto al piano y con arreglos orquestales, un traje novedoso pero que sienta de maravilla al inagotable talento del líder de Weezer para componer tonadillas pop. El envoltorio cambia, pero el genio pop de Cuomo no, en Van Weezer, el tributo de la banda a Van Halen, trufado de arquetípicos solos de guitarra en la línea del homenajeado, de Kiss y de otros ídolos del rock duro de los ochenta, que enmarcan redondos y burbujeantes trallazos de power pop.