Los Wallflowers de Jakob Dylan encuentran en Shelby Lynne la perfecta compañía
Escrito por: Natalia Arriaga
Jakob Dylan (sí, de los Dylan de toda la vida) no es un músico de esos que se pasan media vida en el estudio de grabación. Llega a los 51 años con 30 de carrera pero solo siete discos a sus espaldas, unas espaldas, eso sí, bien cubiertas por su banda, The Wallflowers.
El grupo, muy renovado, publica ahora ese séptimo álbum y es una delicia comprobar que, pese al paso del tiempo y los cambios en la formación, las canciones de Dylan transmiten la misma paz que hace un par de décadas.
'Exit Wounds' está producido por Butch Walker -así se entiende ese aire a Ryan Adams de muchas canciones-, una colaboración que propició una serie de afortunadas incorporaciones en cadena: la de Val McCallum, guitarrista habitual de Jackson Browne, y, gracias a su recomendación, de la gran Shelby Lynne como artista invitada.
Es todo un acierto: a veces solo en los coros, a veces en magníficos duetos, la combinación de las voces de una de las referentes del country y del menor de los cuatro hijos de Bob y Sarah Dylan resulta muy, muy sugerente. Jakob ha dicho que no le importaría prolongar esta entente en el futuro y 'Darlin' Hold On' es una muestra de lo que esta fusión puede dar de sí.
Lo bueno de Jakob es que él mismo ha dicho que en su disco hay aromas de Tom Petty, de David Bowie y de Bruce Springsteen, así que nos ahorra el trabajo de rastrear sus influencias. Por no hablar de The Clash: la amistad entre Dylan y Walker se basa en su admiración común por la banda de Londres.
Con la excepción de la más eléctrica 'Who's That Man Walking Round My Garden', el álbum discurre por el registro de los tiempos medios. Dylan firma ahí sus temas más logrados. Entre ellos, ya hemos cogido cariño a una canción que engancha desde el título: 'I Hear The Ocean (When I Wanna Hear Trains)' (Oigo el oceáno cuando lo que quiero es oir trenes). Para escuchar en estas tardes de verano en las que nos sentimos a salvo de cualquier sobresalto mientras invade el jardín el olor de los alhelíes. Perdón; de los wallflowers.
El nombre de Arthur Alexander quizás no suene mucho, pero si sus canciones las han abrazado Beatles, Rolling Stones, Elvis Presley, Otis Redding, Van Morrison o Bob Dylan, entonces colegimos que este artista alguna importancia amerita en el esplendor del Rhythm & Blues a principios de los 60.
Los 'Fab four' de Liverpool incluyeron Anna (Go To Him) en el primer Lp y solían tocar Soldier Of Love y A Shot Of R&B desde sus comienzos en el Star-Club de Hamburgo; Mick Jagger y sus secuaces recrearon You Better Move On en 1964; Elvis hizo lo propio en 1972 con Burnin' Love, uno de los éxitos postreros del 'Rey'; Dylan eligió Sally Sue Brown para el álbum de 1988 Down In The Groove , Redding coescribió con él Johnny's Heartbreak y Van Morrison perpetró un dueto con Linda Gail Lewis (hija de Jerry Lee) de Shot R&B.
La lista de otros admiradores es interminable: Dusty Springfield, Bee Gees, Nick Lowe, Pearl Jam, Hollies, Gerry & Pacemakers, Johnny Kidd & The Pirates, Hollies, Dave Edmunds, Marshall Crenshaw, Mark Knopfler, Ry Cooder, Tina Turner, Jerry Lee Lewis, Ronnie Spector, Mink DeVille...
Prácticamente desconocido en Estados Unidos, donde apenas cosechó un par de éxitos modestos en las listas, Arthur Alexander, en cambio, sí ejerció una importante influencia sobre los incipientes músicos blancos británicos, que descubrieron la evolución del blues a sonidos más ‘modernos’ llegados del otro lado del Atlántico como antesala del soul.
Apártate
La mencionada Sally Sue Brown supuso el debut en 1960 y al año siguiente publicó la más que reverenciada, You Better Move On, que ostenta el privilegio de haber sido la primera grabación registrada en el primitivo estudio que después pasó a ser leyenda en la localidad Muscle Shoals de su estado natal Alabama.
You Better Move On contiene una irresistible melodía mid-tempo que Alexander desgrana con pasión al pedirle a un rival por su amada que se aparte porque pese a que el oponente puede regalarle elegantes vestidos y anillos de diamantes, ella le prefiere a él.
Acompañamiento de categoría con David Briggs al piano, Terry Thompson guitarra eléctrica, Forest Riley acústica, Norbert Putnam bajo y Jerry Carrigan batería. Los consagrados Dan Penn, Donnie Fritts y Spooner Oldham colaboraron también con AA en el apogeo del mágico ’Muscle Shoals’.
En 1964 los Rolling la llevaron al #1 y también fue favorita de artistas country como George Jones y Johnny Paychek. Hay registradas más de medio centenar de versiones.
Chute de R&B
A Shot Of Rhythm and Blues, cara B del single que compuso el mencionado guitarrista Terry Thompson, muestra la vitalidad del nuevo estilo conservando los 12 compases del blues y aportando un enérgico ritmo al que Alexander se une con su garra vocal, envuelto en sólidos vientos y coros femeninos.
Esta inyección de R&B causó furor en las islas, donde Alexander hizo una gira, y se podía oír casi en cada actuación de la legión de bandas que tocaban en el mítico Cavern de Liverpool en plena fiebre del ‘Mersey Sound’. Por supuesto la tocaban los Beatles y en acetato era pinchada con fruición en las radios la de Johnny Kidd & The Pirates.
En 1962 vieron la luz otras imprescindibles de Arthur como la envolvente Anna (Go To Him). La historia es ahora al revés. Ella le confiesa que otro la quiere más y él, contrito, lo acepta. Una sentida balada con intensos fulgores vocales, bonitos fraseos de guitarra y base marcada con orquestación y coros.
Favorita de John Lennon, ocupó un destacado tercer lugar en la cara A del primer Lp de los Beatles por detrás de I Saw Her Standing There y Misery.
Crisol de estilos
Todavía ese mismo año lanzó Where Have You Been (All My Life), cedida en primicia por el excelso dúo compositor formado por Barry Mann y Cynthia Weil. Exquisita melodía con tintes pop (un soberbio piano de Briggs) que evidencia la capacidad de Alexander para desenvolverse en cualquier estilo sin importar el color de la piel.
En el reverso del sencillo interpretó Soldier Of Love, en este caso regalo de Buzz Cason (líder de los Casuals), con un irresistible ambiente que recuerda a los mejores grupos vocales del momento, sin ir más lejos los Drifters. Por si quedaba alguna duda, confirmamos que ambas las tocaron profusamente el cuarteto de Liverpool.
Ya entrados en 1963, el turno fue para Go Home Girl que compuso sobre un conflicto real al enamorarse de la novia de su mejor amigo, pero prevaleció la amistad al deseo. Definida como ‘rock-cha cha cha’ por el marcado compás de bajo y batería entretejidos con fraseos country de guitarra y esa arrebatadora voz de nuestro protagonista. Apreciable la versión de Ry Cooder.
Se sucedieron Every Day I Have To Cry Some, Pretty Girls Everywhere, Detroit City, Black Night, Whole Lot Of Trouble, You Don’t Care, Keep Her Guessing que apuntalan la categoría de AA, injustamente no rubricados en ventas. Cambió de discográficas sin mejores resultados y tuvo que ganarse la vida como conductor de autobús.
Ardiente amor
Recaló en Warner Brothers y en abril de 1972 llegaba a las tiendas un álbum que contenía Burning Love, explosiva canción de soul pasional compuesta por el reputado Dennis Linde. La versión de Presley salió cuatro meses después y alcanzó el #2, uno de los postreros grandes bombazos del ‘Rey’ en vida.
Su último legado data de 1993 con el Lp Lonely Just Like Me, grabado en Nashville pero en junio de ese mismo año murió en la ciudad del country víctima de un infarto.
Paul McCartney definió la talla de este artista: “Si los Beatles buscaban un sonido, ese era el R&B. Queríamos ser como Arthur Alexander”.
Hemos elegido para repasar su carrera el recopilatorio The Ultimate que abarca su primera etapa y añadimos como guinda Burning Love. Un dato que refleja su inmerecida falta de trascendencia en la industria musical es que no se conservan vídeos de actuaciones suyas, bien en televisión o conciertos.
Hay portadas que parecen obligarte a prestar atención y a escuchar el disco en cuestión.
Con el segundo álbum de STAG, "Midtown Sizzler", es lo que me ha ocurrido. Mírala en su pagina oficial y la sonrisa acudirá veloz a tu rostro. Pero lo que descubrí, desde la primera audición, fue un fascinante universo eléctrico con el mejor Power Pop de la temporada.