A The Action y a los Beatles les separan muchas cosas: fama, dinero, reconocimiento, influencia...que se resumen en que a los primeros no les conocía nadie y los segundos son considerados la mejor banda de la historia.

Pero también les unen algunas: compartieron década y productor, George Martin, fallecido la pasada semana y mundialmente conocido por su trabajo con los Beatles entre 1962 y 1969.

The Action grabaron cinco singles, no lograron ningún éxito y tras un par de años se separaron, pero los expertos coinciden en que eran una banda extraordinaria, capaz de capturar el sonido del soul y la Tamla norteamericanos y llevarlo a su terreno con un estilo propio y la fantástica voz de Reggie King, a la altura del gran Steve Marriot, de los Small Faces, según dice un tal Paul Weller, que algo debiera saber de este asunto.

Con esas credenciales, el cuarteto, original de Londres, enseguida se convirtió en una de las bandas favoritas de la parroquia mod, pero la esquiva fortuna les dejó para la posteridad justo ahí: una referencia para todos los modernistas que fueron, son y serán, y, por supuesto, también para todos los amantes de los sonidos con ritmo y alma.

"The Place", la canción que hemos elegido, era una de las cuatro canciones inéditas incluida en "The Ultimate Action", un álbum publicado en 1980 que además reunía los diez temas grabados en los cinco singles que el grupo editó entre 1965 y 1967. Las notas de contraportada las firmaba Weller, el ahora Modfhater, entonces "joven airado" al frente de los Jam.

Compuesta por Jack Hammer, autor de clásicos como "Great Balls of Fire", la canción, una deliciosa balada, supone una excepción en el repertorio bailable de la banda. Sin embargo, al final el ritmo se acelera y "The Place" se transforma hasta dejar paso a una demostración de la exhuberancia vocal "soulera" de Mr. King.

 

Como propina, añadimos la versión que la banda londinense hizo de "Land of 1000 Dances". All Music dice que The Action es todavía el único grupo de fuera de los USA que ha grabado una versión de la canción de Wilson Piclett que puede ser tomada en serio.