Bob Marley and The Wailers publicaron en 1974 el álbum 'Natty Dread' sin que nadie prestase excesiva atención a una de las joyas que llevaba dentro: la primera versión de 'No Woman, No Cry'.
Aún hoy, a muchos les resulta desconocida esta grabación. Una de las canciones más célebres de la historia de la música no adquirió fama mundial hasta un año después, cuando Marley y compañía ofrecieron un aclamado concierto en el Lyceum de Londres que quedó registrado en el disco 'Live'.
'No Woman, No Cry' comenzó entonces su viaje hacia otra galaxia, la de los clásicos. El tema original, alegre, algo naif, se convirtió al calor del directo en un himno místico al amor, con Marley en trance, incapaz de poner fin a su actuación.
Su voz es un imán. O un abrazo. Imposible no rendirse. Los coros de las I-Threes (Rita Marley, Marcha Griffiths y Judi Mowatt), las voces del público, la guitarra, el órgano... nada sobra y nada falta.
Marley, autor del tema, se lo firmó a Vincent Ford, un amigo que regentaba un comedor social y que le ayudó en épocas de necesidad. Parece que ni uno ni otro se enriquecieron gracias a la mujer que no lloraba.
"Recuerdo cuando nos sentábamos en el patio del Gobierno en Trenchtown
y Georgie encendía las luces como si ardiese la leña por la noche.
Entonces cocinábamos un puré de maíz que compartiré contigo.
Mis pies son mi único medio de transporte, así que tengo que seguir adelante.
Pero mientras yo no esté,
no llores, mujer.
Mi pequeña, no derrames ni una lágrima.
Todo va a ir bien"
El mítico concierto del Lyceum no quedó grabado en imágenes. Los audios de aquel día y de la grabación original dan fe de cómo evolucionó la canción al salir del estudio y plantarse ante el público. Y la versión de Graham Parker ilustra la admiración del universo musical por Marley y su canción.