Cinco composiciones propias y diez versiones de temas o autores clásicos del blues son los mimbres con los que arma Van Morrison su último cesto de enormes canciones, en la inmejorable compañía de Georgie Fame, Jeff Beck y Chris Farlowe.

Sin estos escuderos no se entendería la auténtica magnitud de este nuevo lanzamiento del irlandés, que a sus 72 años sigue a un ritmo imparable de disco por año.

La pasión de Morrison por el blues es una debilidad que nunca ha escondido y que ha trasladado de forma intermitente a sus trabajos, aunque de manera cada vez más insistente en los últimos años. Un disco como este 'Roll with the Punches' que ahora publica tenía que llegar y ya está aquí.

Dos temas salidos de la mano de Morrison abren el trabajo. El primero, que presta su nombre a la colección completa, es un blues de manual y una invitación a superar cualquier adversidad con la que te sorprenda la vida. El segundo, 'Transformation', es una de esas canciones transgénero, cien por cien morrisoniana, probablemente una de las baladas más hermosas que haya escrito en la última década. 

 

La ristra de versiones se abre con una bomba, una interpretación bestial del 'I Can Tell' que popularizó Bo Diddley en 1962. Con la armónica de Van Man y los coros arrolladores de toda la banda, comandada por Farlowe, el resultado brilla con luz propia en un álbum de por sí luminoso.

'Stormy Monday/Lonely Avenue" ofrece un sublime duelo de voces entre Morrison y Marlowe y 'Goin' to Chicago' cede el protagonismo a Georgie Fame, que se apropia del memorable tema de Count Bassie.

Vuelta a las canciones firmadas por Van Morrison. 'Fame': el alto precio de la fama, un asunto recurrente en sus letras, tiene también su espacio en esta colección. Los términos que emplea el autor son categóricos: "La fama. Me ha quitado mi humanidad. Tengo que luchar cada segundo del día por mi dignidad. Es un juego para el público y no hay nada en la fama que sea justo".

Inevitable que "Too Much Trouble" traslade al buen conocedor de la carrera del genio de Belfast a una de las cumbres de su carrera, 'Moondance'. Se parecen tanto... con ese añadido fantástico del piano de Jason Rebello, uno de los mejores teclistas de jazz que circulan por los escenarios. Se lo han rifado artistas como Jeff Beck, Sting, Peter Gabriel, Pino Palladino... y no es un capricho.

Vuelta a las versiones con otro subidón increíble: Sam Cooke en la voz de Van Morrison. ¿Se pude pedir más? Desgarradora interpretación del 'Bring It on Home to Me', con esa letra para llorar ('Si alguna vez cambias de opinión sobre lo de dejarme, dejarme atrás, tráemelo a casa, tráeme tu dulce amor, tráemelo a casa. Ya sabes que intenté tratarte bien. ¿No puedes quedarte al menos esta noche?"). Y el momento impagable en el que Van Morrison dice 'dale, Jeff'... y Jeff Beck entra con esa gujitarra a la que solo le falta hablar... Clímax total. 

Y aquí una presentación en directo, sin Beck:

 

Otro blues académico a cargo de Morrison, 'Ordinary People', da paso al homenaje del 'león' a Sister Rosetta en 'How Far From God', un tema nada menos que de 1946. Dinámica versión y una excusa perfecta para volver a sumergirse en la carrera de la considerada madre del rock.

Nunca se olvida Van Morrison de las pioneras. Al tributo a Sister Rosetta le sigue otro a Ruth Brown y su 'Teardrops from my Eyes', irresistible. "Cada vez que llueve pienso en ti. Y llueven lágrimas de mis ojos".

'Automobile Blues', de Lightin' Hopkins, es el siguiente viaje en el tiempo. Un tema publicado en 1949 con el que también se atrevió el fallecido Townes Van Zandt. La armónica, esta vez de Ned Edwards -un clásico entre los acompañantes de Morrison-, lleva la versión a un plano muchos metros por encima del suelo.

Cuando no se ha cumplido un año de la muerte de Mose Allison, su amigo y admirador le rinde pleitesía con una interpretación magistral de 'Benediction', un himno religioso que invita a volver a creer. Las voces de dos cantantes maravillosas como Dana Masters y Sumudu Jayatilaka aportan unos coros a los que ya no se puede renunciar.

'Mean Old World', tema escrito por T-Bone Walker pero más conocido por la versión de Sam Cooke, adquiere tintes dramáticos en la garganta del irlandés, que para cerrar el álbum regresa de nuevo a los brazos de Bo Diddley y su 'Ride on Josephine': toda la banda cantando y, fácil imaginarlo, bailando sin límites en las calles de Nueva Orleans.

Van Morrison llegará a Madrid con estas canciones el próximo 12 de diciembre. El Wizink Center será ese día un templo del blues y, ojalá, el escenario de otra de las actuaciones inolvidables del maestro. Georgie Fame será el telonero. ¿Hay quien dé más?