Superchunk son un caso poco habitual, casi insólito. Más de 25 años y 10 álbumes después seguimos esperando sus nuevas grabaciones con emoción, esa que suele reservarse a artistas con los que el flechazo es reciente.

Será porque su música mantiene la pasión y el sentimiento de los primeros tiempos. Será porque la madurez les ha hecho mejores y más sabios. O será, solo, porque Superchunk son muy buenos y sus canciones van directas al corazón.

Lo último que han grabado es un single benéfico. En la cara A "I Got Cut", un trallazo directo y crudo: abren unos contundentes redobles de batería, sigue un alarido de Mac McCaughan y entra un riff "killer" que recorre la canción.

No menos "killer", y esta vez no en sentido figurado, es la primera línea de la canción: "todos esos ancianos no morirán demasiado pronto", inspirada, según cuenta McCaughan, por la visión de una fotografía de Trump riéndose junto a otros "ancianos blancos" mientras "se carga el sistema de salud que ayuda a millones de mujeres". Trump... ese gran estímulo para la creatividad artística. Los frutos empiezan a recogerse aquí y allá.

El single es a beneficio del proyecto Planned Parenthood South Atlantic, una organización dedicada a la atención sanitaria y a la educación sexual.

"I Got Cut" es un grito, dice McCaughan, a favor de "curar heridas físicas y psíquicas y mantenerse libre" y también acerca de "dejar sitio a gente más joven y brillante que nosotros mismos".

Para la cara B, el cuarteto de Chapel Hill (Carolina del Norte) elige un himno  de puño apretado del curso del 77 (1978 en este caso), "Up Against The Wall", de Tom Robinson Band, un retrato de aquella época que refleja lo que sienten ahora muchos estadounidenses, y que resume el estribillo: "el gobierno nos tiene contra la pared".

Además de vigente, en manos de Superchunk "Up Against The Wall" suena fresca y vibrante, en la línea maestra con la que ya han abordado otras versiones, como "10,000 Fireflies" (Magnetic Fields) o "Pick Me Up" (Ryan Adams).

Ojalá que este single sea la avanzadilla de nuevas entregas en la estela de sus últimos álbumes "Majesty Shredding" (2010) y "I Hate The Music" (2013), que están entre lo mejor que han hecho. Y eso es decir mucho.