Hay artistas a los que uno les tiene un aprecio especial, más allá de sus méritos profesionales. Es el caso, para quien ahora escribe, de Jim Cuddy.

Quizá por los recuerdos de un inolvidable viaje a Canadá, allá por 1999; quizá porque pasan los años y canciones como 'Making My Way to You' o 'Too Many Hands' se han hecho fuertes en mis dispositivos de uso diario y sobreviven a cualquier intento de actualizar las listas de reproducción.

Primero llegué a Jim Cuddy y, buceando en su música, remonté el río y alcancé la fuente original, la banda Blue Rodeo. La casa por el tejado. Hubo que recuperar el tiempo perdido.
Cuando Cuddy grabó en 1998 su primer disco en solitario ('All in Time'), la banda que había formado once años antes con Greg Keelor había firmado ya siete álbumes y era el grupo canadiense de referencia en música de raíces.

La reciente publicación de '1000 Arms', su decimoctavo trabajo, confirma a 'Blue Rodeo' como un grupo con una habilidad extrema para hacer una sobria música 'americana' y adornarla de forma inteligente con complementos pop, country, blues, folk, que deparan un resultado final con interesantes matices.

Cuddy y Keelor, compañeros y amigos desde el instituto (son los únicos miembros que quedan del grupo original, junto con el bajista Bazil Donovan) firman al unísono los doce temas de '1000 Arms', como es su costumbre. Pero el truco no cuela. No solo porque cada uno pone su voz al frente de la mitad de los temas, sino porque hay una línea bastante definida entre el estilo de ambos.


Ni que decir tiene que, dado el cariño que sentimos por Cuddy, nos rendimos ante las melodías directas y sin doblez de 'I Can't Hide This Anymore' o 'Long Hard Life', incluso ante la deriva pop de 'Superstar', que esconde una plegaria por los que sucumben en busca del éxito:

"Aquí estamos en la tierra de las superestrellas / de los grandes sueños y de un trabajo en un bar de strippers / Vamos, no te preocupes por quién eres de verdad / porque a nadie le importa lo que dejaste detrás (....) / Duerme en el desierto / donde esconden todos los cadáveres / Bebe peyote como hizo Jimmy / Haz una pira funeraria y la gasolina la mantendrá encendida / Di una pequeña oración por las almas que se fueron".

Pero cómo no dejarse llevar también por las más instrumentadas composiciones de Keelor, tan cercanas a los Jayhawks, quizá a Tom Petty, en temas como 'Hard To Remember' o 'Jimmy Fall Down'; o por la sombría 'Mascara Tears', tan triste y tan emocionante.

El título del álbum ('Mil brazos') hace referencia a un programa de radio que escuchó Cuddy sobre la relevancia de vivir en comunidad. Ellos lo trasladaron a su respeto por la comunidad musical y por lo que sus miembros se aportan entre sí.

Blue Rodeo tiene una muestra admirable en su propio seno: Bob Egan, responsable de la 'steel guitar' del grupo durante la última década y media (antes pasó por Wilco), abandonó la formación tras grabar este disco para dedicarse a labores solidarias: la captación de fondos y el desarrollo digital, con estudio de grabación incluido, de una biblioteca pública en la ciudad de Kitchener, cercana a Toronto. '1000 Arms' está dedicado a Egan: "Gracias por esta música hermosa a lo largo de 17 maravillosos años. Te echaremos de menos".