Lucy and the Rats son una banda de Londres. O australiana, como su líder. O quizá ibérica, como sus otros componentes. Pero una buena banda en cualquier caso.
Como apenas han comenzado a dar sus primeros pasos, vamos con las presentaciones:
Lucy es Lucy Spazzy, quien junto a su hermana gemela Kat y su compañera de estudios Ally formó The Spazzys en Melbourne, un trío de inspiración ramoniana que grabó dos álbumes, Aloha! Go Bananas (2004) y Dumb is Forever (grabado en 2006 pero inédito hasta 2011) y que logró cierta repercusión con sus sencillos, sobre todo con una versión de "My Boyfriend's Back".
Los roedores son Mike Canival y Joseber en las guitarras y Manuel Santos a las baquetas, los tres con muchas batallas en el rock nacional (Animal Cannibal, Los Perrros, Thee Tumbitas...) y que ya en Londres formaron Michael Jackson, un grupo que editó un disco con tres canciones de punk salvaje, incluida una versión de los Stooges.
Frente a lo que las credenciales de los cuatro protagonistas pudieran hacer sospechar, Lucy and the Rats se decantan por un tono mucho más melódico y sutil que el de sus bandas previas. En los últimos meses han grabado un par de singles, ya convertidos al formato digital, "Girl / Loose My Mind" y "This Situation / Melody".
Cuatro canciones bonitas, frescas y que enganchan a la primera con la dulzura vocal de Lucy y las guitarras punzantes de los Rats. Cuatro canciones sin pretensiones, puro pop tocado por la varita de la New Wave y los grupos de chicas de los sesenta.
En Magnetófono elegimos "Lose My Mind".
Lo de perder la cabeza es una temática clásica en la música moderna. Casi un género. Cualquiera que se precie ha escrito sobre ello y casi siempre en primera persona. ¿Qué confianza inspira un rockero al que no se le va la olla una y otra vez? Hay carreras enteras construidas sobre ese precepto.
En las canciones siempre -o casi- se pierde la cabeza por amor. Afortunadamente Lucy y sus roedores son más originales. Para la protagonista de "Lose My Mind" la causa es un peligro incierto, un temor borroso que no puede controlar...
Un desasosiego que se desvanece enseguida fulminado por la inocencia y el optimismo de la melodía y el ritmo pegadizo de la canción.
Han llegado Lucy and The Rats y, como dicen ellos, ¡estos roedores están aquí para morderte!.