La conexión entre Louis Armstrong y Joey Ramone es, a priori, improbable.
El primero (Nueva Orleans, 1901) fue una de las personalidades musicales más relevantes del siglo XX y se le reconoce como gran renovador del jazz, virtuoso trompetista y cantante con talento.
El segundo (New York, 1952) era el singular vocalista de los Ramones, una banda ruidosa y acelerada en la que la pericia instrumental cotizaba a la baja pero cuya influencia en el devenir del rock and roll aún se siente.
Armstrong creció en la miseria y en una sociedad que le despreciaba por ser negro; Joey nunca se sacudió el aura de freak inadaptado que le tocó en suerte en el reparto de cartas vital.
Veo árboles de color verde, también rosas rojas.
Las veo florecer, para ti y para mí y pienso...
qué mundo tan maravilloso
Armstrong fue venerado como figura sin parangón del jazz, pero a nivel popular se le recuerda por canciones muy alejadas de ese estilo. Temas sencillos y clásicos, "standars" como "What a Wonderful World", compuesta por Bob Thiele y George Weiss, un canto a la vida, un poco al estilo de "¡Qué bello es vivir!", la película de Frank Capra.
Veo cielos de color azul y nubes de color blanco,
el día brillante y bendecido, la oscura y sagrada noche,
y pienso... qué mundo tan maravilloso
Cuando se publicó en 1968, "What a Wonderful World" alcanzó el número uno en Gran Bretaña pero en Estados Unidos tuvo una repercusión limitada y sólo se hizo más popular años después, Gracias a la banda sonora del film "Good Morning, Vietnam" (Robin Williams).
Justo la historia comercial de los Ramones, que nunca lograron ventas importantes en los USA pese a sus obstinados esfuerzos durante más de dos décadas, que incluyeron toda clase de experimentos (adaptaciones estilísticas, giras interminables, productores legendarios como Phill Spector...)
Ahora, que si vender cientos de miles de discos en todo el planeta, influir a miles de bandas y seguir siendo imitados y reverenciados veinte años después de su desaparición no es tener éxito...
Los colores del arco iris, tan hermosos en el cielo,
están también en las caras de la gente que pasa.
Veo a amigos estrechándose las manos, diciendo "¿qué tal estás?".
En realidad están diciendo "te quiero".
Los Ramones se separaron en 1996. Al final de la década Joey empezó a trabajar en un álbum en solitario. Cuando grabó "What a Wonderful World" ya padecía la enfermedad que acabó con su vida en abril de 2001.
El disco se publicó diez meses después, con nueve canciones compuestas por Joey, más una versión de 1969, de los Stooges, y la de la canción que interpretó Luis Armstrong, que abría el álbum, titulado "Don't Worry About Me" (No te preocupues por mí).
Oigo a niños llorar, los veo crecer,
aprenderán mucho más de lo que yo nunca sabré
y pienso... qué mundo tan maravilloso. Sí... qué mundo tan maravilloso.
A veces, la distancia entre ñoño y sensible puede ser un simple suspiro. A ustedes no sé, pero a mí me parece que el texto de Thiele y Weiss es un canto a la vida sencillo, sentido y efectivo. Quizá me costara más advertirlo en la cavernosa voz de Louis Armstrong, pero cuando las guitarras de la versión Ramone empiezan a sonar -la intro es la de Pretty Vacant de los Sex Pistols- y la amigable voz de Joey canturrea sobre los acordes embalados... Sí, ¿quién tiene dudas de que la vida puede ser maravillosa?