Aretha Franklin se jubila... un poquito.
Promete nuevo disco para este año, producido por Stevie Wonder, algunos conciertos para presentarlo y luego... solo actuaciones puntuales. Una retirada progresiva.
Comenzó a grabar a los 14 años, tiene 74 y quiere pasar más tiempo con sus nietos. Es comprensible. Pero inasumible para cualquiera que, al menos una vez en su vida, haya sentido ese sacudida con la que te aturde una buena canción.
'Don't Play That Song' reúne la energía rabiosa de 'Think', la alegría reivindicativa de 'Respect', la ternura de 'I Say A Little Pray' y la dolorosa decepción de 'Share Your Love With Me' (qué versión en el último de Van Morrison).
Y esa voz. Una de las voces del siglo XX. Y esa presencia. ¿Cómo no admirarla aún hoy, con sus deslumbrantes vestidos de cola, radiante sobre el escenario con más de 70 años?
Ben E. King grabó el tema original, que habían compuesto su mujer, Betty Nelson, y el fundador de Atlantic Records, Ahmet Ertegün. Aretha Franklin lo incorporó a su lista de éxitos, al igual que hizo con otro de los 'hits' de Ben E. King, 'Spanish Harlem'.
No toques esa canción para mí
porque me trae recuerdos
de los días que conocí una vez,
de los días que pasé contigo.
No, no dejes que la toquen.
Llena mi corazón de dolor.
Por favor que la paren ya
porque me acuerdo de lo que él me dijo.
Me dijo 'querida'
y yo sé que me mentía.
Sé que me mentías.
Aretha Franklin está cansada. En los últimos años ha vivido una inesperada sobreexposición a la vida pública debido a su buena relación con el matrimonio Obama. Esa etapa se acabó. Pero no hay razones, querida lady soul, para apagar el micrófono. Los súbditos no estamos acostumbrados a que una reina ceda su corona.