En los sesenta los españoles transitaban entre la oscuridad política, los guateques y las suecas de la playa a trompicones. En el no-do denominaban tocado capilar al inocente flequillo de Los Beatles y se empleaban a fondo en despreciar su visita a nuestro país.
Mientras, nacían programas musicales, algunos hechos con público en directo, como Musical catorce cero cinco, que abría a esa hora la parrilla televisiva o el Gran Musical que se emitía los domingos en Radio Madrid, donde grupos como Los Sonor hacían sus primeras actuaciones.
No eran abundantes entonces los grupos de rock, pero la fusión que se gestó en Palma de Mallorca de Mike & the Runaways con Los Sonor, dando lugar a Los Bravos, hizo ponerse las pilas a más de uno, en especial a Alain Milhaud, manager francés de Discos Columbia.
Había nacido el supergrupo español que conquistaría el mundo con su Back is black.
Como por aquel entonces Los Beatles acompañaban sus éxitos con películas, Los Bravos no iban a ser menos y así nació Los chicos y las chicas donde iba incluida Bring a Little Lovin., de los australianos Easybeats.
Afortunadamente el fuerte de los censores españoles no era el inglés, porque sin duda las insinuaciones de la canción no pasaría el filtro de la época.
El como llegó la canción desde Australia a España es mérito de su avispado productor, Alain Milhaud, que había visto un concierto de los Easybeats en Cannes un año antes, adquiriendo los derechos de la canción a George Young y Henry Vanda. La canción se grabó en 1967 y no tuvo el éxito esperado - tampoco cuando la interpretaron los Easybeats - siendo objeto de culto discreto para fans del mundillo sixtie.