Los discos en directo no son ni de lejos como un concierto. La mejora del sonido en el proceso de edición, la selección de temas y los aplausos enlatados no alcanzan a reproducir las sensaciones que experimenta el que suda al fondo de una pequeña sala o el que ocupa la primera fila de butacas en el mejor de los auditorios.

Pero ahora que los conciertos pueden convertirse en una reliquia del pasado, un buen disco en directo puede ser durante mucho tiempo la única manera de acercarse a un artista y saber cómo se las gasta cuando tiene que dar la cara ante su público.

El canadiense Daniel Romano abre un boquete en el muro de nuestro confinamiento musical con un directo de esos que, si no cuenta como haber estado allí, es de los que te obligan a tirarte de los pelos por habértelo perdido.

'OK Wow' fue grabado durante una gira de Romano por los países nórdicos con su banda de acompañamiento Outfit. La combinación de ambas partes da como resultado un disco que, sin dejar en el arcén ni un ápice de la increíble versatilidad del cantante, queda unificado por la electricidad de las guitarras del grupo. Sigue estando ahí la esencia country y 'americana' de Romano, pero en este directo se hunde hasta las rodillas en el terreno abonado por el rock.

Entre los quince temas que recoge el álbum, una tercera parte procede del formidable 'Modern Pressure' de 2017, con temas ya emblemáticos de su carrera como las maravillosas 'Roya', 'What's To Become Of The Meaning of Love' o 'When I Learned Your Name'.

Pero Romano recupera también rarezas como 'Nerveless' o 'Human Touch', dota de nueva fuerza a 'Time Forgot To Change My Heart' (2011) y sorprende con la energía de las dos canciones de 'Totally Free' (2018): 'Empty Husk', que abre el disco con esa súplica de "no more darkness, no no no", y 'The Long Mirror of Time'.

No es este el único disco publicado en 2020 por el músico de Ontario. Ha sacado casi a la vez 'Content To Point The Way', en el que, esta vez sí, retoma su lado más country y cuenta asimismo con los Outfit.  

Cantidad y calidad de parte de un Daniel Romano que, con solo 35 años, apunta a convertirse en un grande.