Publicar un disco después de diez años de silencio es siempre una operación de riesgo. La prueba la supera con buena nota Badly Drawn Boy en este 2020 gracias al fantástico 'Banana Skin Shoes', octavo álbum de una carrera de ritmo irregular pero de calidad sostenida.
El británico Damon Gough, nombre auténtico de este 'chico mal dibujado', mantiene la esencia de su estilo, ese pop encantadoramente melancólico, en aproximadamente la mitad de los 14 temas que componen el álbum. Pero en el resto abre la ventana a nuevos sonidos -disco, funk, bossa nova...- que enriquecen el conjunto y dan cuenta del crecimiento de su autor. Después de una década callado, no podía limitarse a lo de siempre ahora que ha vuelto a abrir la boca.
'Is This a Dream?', que llega como la canción encargada de presentar el disco, es un tema bailable, sin segundas vueltas, del sector más desenfadado de este trabajo, si bien Gough no se permite ni una sola frivolidad en el mensaje de sus letras. La misma tónica que en el tema que da nombre al álbum, muy setentero, o en 'Tony Wilson Said' y en 'I Need Someone to Trust', uno de los grandes aciertos de esta entrega.
'You and Me Against the World' y 'I'll Do My Best' traen aires cálidos desde tierras muy alejadas de Manchester. Y 'I'm Not Sure' sorprende con unos arreglos que remiten al clásico 'Golden Brown', que compuso para los Stranglers el recientemente fallecido Dave Greenfield.
Es en las baladas donde Gough profundiza en sus maneras de siempre y logra piezas redondas como 'Funny Time of The Year', 'Never Change' o, sobre todo, 'I Just Wanna Wish You Hapiness', una bella canción de ruptura amorosa en la que prima el recuerdo de lo bueno sobre la amargura final.