"Paz y amor". Ese fue el escueto mensaje que escribió en su cuenta de twitter Susanna Hoffs al día siguiente de la muerte de Prince, acompañado de una preciosa foto en blanco y negro del cantante. Joven, sentado en el suelo con un guitarra entre las manos, el torso desnudo. Prince en plenitud. Ya lo estaba en 1984, cuando escribió 'Manic Monday' para el grupo Apollonia 6, un trío femenino nacido bajo su protección. Pero la cosa no funcionó y, dos años después, el compositor le ofreció el tema, firmado con el seudónimo 'Christopher', a otro grupo de chicas, las prometedoras Bangles.
El éxito fue inmediato. Hoffs y sus compañeras hicieron suya con naturalidad la historia, aparentemente frívola, de una chica que, tras soñar que se besa con Rodolfo Valetino, debe levantarse un lunes a las seis de la mañana para afrontar una tediosa jornada laboral.
 
"Tengo que coger pronto el tren y estar en el trabajo a las nueve,
pero ni aunque tuviera un avión llegaría a tiempo
porque tardo mucho en decidir qué voy a ponerme.
Échale la culpa al tren, pero el jefe ya está allí.
Es solo otro lunes loco.
Ojalá fuera domingo, que es mi día de diversión
y no tengo que correr. Solo otro lunes loco".
 
Pero, ¡sorpresa!, parece que hay mar de fondo. No se trata únicamente de la pereza por el madrugón.
 
"De entre todas las noches,
¿por qué tuvo que elegir mi amor esta para venir?
¿Es que no le importa que yo tenga que alimentar a los dos?
El trabajo baja.
Y él me dice con su voz cariñosa,
'venga, cariño, hagamos un poco de ruido'.
El tiempo pasa tan rápido cuando te diviertes...".
 
Si todo pasó rápido para Prince, que fuera también porque se estaba divirtiendo.