John Grant es con seguridad uno de los tipos más interesantes de este momento musical que nos ha tocado en suerte. No por sus circunstancias vitales, que compartirá con otra mucha gente que ni es famosa ni se dedica al negocio, sino por cómo las ha incorporado a su actividad artística. Hablar y componer sin tapujos sobre sus adicciones pasadas, sobre su condición de seropositivo, sobre sus miedos... muchos se han expuesto así ante su público, pero no tantos han logrado que ese público se convierta en su cómplice.

Grant ha dejado muy buen sabor de boca de su reciente paso por Barcelona (Sonar) y Madrid (Mad Cool Festival), pese a quedar su nombre oscurecido por los cabezas de cartel de ambas citas. Quienes le ven en directo puntúan la experiencia con nota muy alta: por la variedad de estilos de su repertorio (electrónica, pop, rock, baladas escalofriantes), por su gran voz y por su sintonía con la audiencia.

No son fáciles las letras de Grant. Es un maestro en  la mezcla de la ironía con la introspección, de las sentencias más definitivas con las obviedades sin doblez. Como hacen los grandes poetas. ¿No suena esto a poesía?:

"El caso genitivo en alemán. / Es cierto, ahí no puedo ser imparcial.

Rachmaninov, Scriabin, Prokofiev, / Dostoievsky, Bulgakov, Vysotsky y Lev.

Francis Bacon, los Dolimitas. / Los bailarines de ballet, con o sin mallas.

Central Park en un día de otoño, < siempre impactante, nunca un cliché.

Todas estas cosas son sencillamente decepcionantes / comparadas contigo.

No hay nada más bello que tu sonrisa cuando te conquista la cara.

No hay nada más reconfortante / que saber que existes en este tiempo y lugar"

('Disappointing')

Los vídeos de John Grant nos tienen hace tiempo hipnotizados en magnetofono.com. No los hay más tristes. Y el más triste entre los tristes es el de 'GMF' (Greatest Motherfucker), del álbum 'Pale Green Ghosts' (2013). Imposible retratar con más acierto y en solo cinco minutos la sensación de soledad de quien vive aislado entre la multitud. Vaya el mérito a la directora del clip, la londinense Lucy Luscombe -autora de celebrados cortometrajes y campañas publicitarias-, y a la letra escrita por Grant, mordaz y desolada a la vez, despiadada consigo mismo.

Un conejito en la tienda de mascotas, una peluquería, una cena en solitario son algunas de las etapas de una jornada cotidiana que concluye en un baile liberador, también para el que lo contempla.

"Soy el mayor hijo de puta que vas a conocer nunca,

desde la cabeza hasta el dedo gordo del pie.

Así que anímate y ámame mientras aún sea delito

y no olvides que podrías estas riéndote

el 65 por ciento del tiempo".

Desconocemos la relación de John Grant con el deporte, pero es llamativa su afición a introducir en los vídeos situaciones y objetos relacionados con distintas actividades físicas. En 'Disappointing', es siguiendo a un corredor como llega al gimnasio y a la sauna gay en la que se desarrolla la acción. En 'GMF', un balón de baloncesto parece ser el mejor amigo del protagonista. Y en 'Down Here' un joven, casi niño, que parece perdido en la vida encuentra su fuerza al tirarse a la piscina -la del Crystal Palace de Londres- y unirse a los ejercicios de un grupo de natación sincronizada.

Y todo ello mientras Grant canta de fondo: "Porque todo lo que hacemos es aprender a morir / ¿Crees que nadie ve el miedo que hay detrás de tu sonrisa? / ¿Y qué te importa lo que piensen los demás? / Al final, todo es lo mismo".

John Grant , nacido en 1968 en Denver, vive actualmente en Islandia. Tras su paso por The Czars, con los que grabó seis álbumes, ha firmado tres discos en solitario: 'Queen of Denmark' (2010), 'Pale Green Ghosts' (2013) y 'Grey Tickles Black Pressure' (2015).