David Byrne era, sin duda, el alma de The Talking Heads, pero fue una canción compuesta con sus compañeros Chris Frantz y Tina Weymouth para su anterior grupo, The Artistic, la que le dió, y todavía da, ya que es de las pocas canciones del grupo que sigue tocando en directo, más calor del público.
Psycho Killer fue una de las primeras canciones firmadas por los tres, apareció en su primer Lp, 77 (Sire Records), y no parecía destinada a ser su principal éxito. A pesar de que, según ellos, no había sido creada inspirada en nadie, su coincidencia en el tiempo con un asesino en serie apodado Son of Sam, le dio alas en los medios locales.
La canción describe los pensamientos de un psicópata y es un clásico de la new wave, aunque cuando la tocaban en el CBGB en el año 75 todavía no se habían ni formado la mayoría de los grupos que se encuadraron en ese movimiento.
Talking Heads fue un grupo de los que van por libre. Inmersos en la vorágine del punk, se estrenaron teloneando a los Ramones, pero tenían un sonido que nada tenía que ver con ellos. No wave, new wave, art-rock, fueron definiciones a posteriori.
Dicen que Seymour Stein, fundador de Sire Records, y que entre otros fichó a Ramones, the Dead Boys o The Undertones, además de a Talking Heads, Madonna y The Smiths, llevaba tiempo dandole vueltas a new wave como denominación de origen. David Byrne aportaba la conexión con el arte, la imaginación, el cine, la apertura de mente que ha tenido en toda su carrera, plagada de colaboraciones y, en general, el tener claro que su música tenía que crecer con él.
Psycho Killer
Qu'est-ce que c'est
Fa-fa-fa-fa-fa-fa-fa-fa-fa-far better
Run run run run run run run away oh oh
Un estribillo con parte en francés, la repetición del fa fa fa y la repetición del run run... es una estructura de estrofa extraña incluso para el momento de ruptura punk en el que fue compuesta.
Me parece que no puedo hacer frente a los hechos
Estoy tenso y nervioso y
No me puedo relajar
No puedo dormir porque mi cama está en llamas
No me toques que soy un hilo de carne y hueso
Si acompañamos esa letra inquietante con la cara desencajada del sr. Byrne el resultado es estremecedor, aunque la linea simplona de bajo y una guitarra con buenas dosis de funk haga el tema pegadizo e incluso bailable.