Revolution (In The Summertime?) es probablemente la canción más conocida de Daniel Wylie. La grabó en 2000 con su grupo Cosmic Rough Riders, que poco tiempo después dejó de ser suyo a pesar de que Wylie era no ya su creador sino su único miembro.

La realidad, que siempre va a lo suyo y no cuenta con la opinión de nadie, parecía entonces burlarse de los retazos "peace and love" que impregnaban  "Revolution", tales como  "podemos pedir que el sol salga y que brille sobre todos", "la luz del sol nos trae amor", "no necesitamos una revolución en verano".

Hace unos meses Daniel Wylie ha publicado su último disco en solitario, titulado "Chrome Cassettes" y aclamado por la crítica, casi a la vez que se ponía en circulación una edición de lujo -con 40 canciones- de "Enjoy the Melodic Sunshine", un álbum de Cosmic Rough Riders al que el tiempo ha convertido en la quintaesencia del rock escocés de inspiración californiana.

"Enjoy the Melodic Sunshine" fue, cronólogicamente, el tercer disco de la banda de Glasgow. En realidad era básicamente una recopilación de los dos primeros -"Deliverance" y "Panorama"- que habían sido compuestos por  Wylie y autoeditados con la ayuda del guitarrista Stephen Fleming.

Tras el "éxito" de "Deliverance" y "Panorama", que agotaron sus exiguas tiradas de unos pocos miles de ejemplares y generaron expectación sobre el trabajo de Wylie, el capo del sello Creation, Alan McGee, le fichó para Poptones, otra discográfica de su propiedad de más corta vida.

Sin embargo, McGee exigió que le acompañaran los  músicos que el propio Wylie había reclutado para la presentación de su proyecto. Poco después se publicó "Enjoy the Melodic Sunshine", cuya difusión supuso inmediatos beneficios para el músicos escocés.

Sus canciones alcanzaron las listas de éxitos británicas, tocaron en múltiples países europeos  -no así en España- y los expertos situaron sus discos en posiciones de honor. Un cambio drástico en las expectativas de Wylie, que había llegado a los cuarenta años sin vender una escoba y que no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad.

Sin embargo, "el sol dejó de brillar" enseguida sobre nuestro artista,  asediado por los intereses y la codicia de sus compañeros, según él mismo explica en esta entrevista de la excelente web Power Pop Action.

Wylie decidió que no estaba dispuesto a que su arte fuera puesto en duda por tipos a los que apenas conocía y cuyo criterio rechazaba y abandonó un viaje que podía llevarle al éxito o no, pero que no se parecía en nada al que había imaginado.

Cosmic Rough Riders grabaron ya sin él dos álbumes más (2003 y 2006), el primero de ellos con buenas ventas en el Reino Unido, y paralelamente Wylie reemprendió su carrera en solitario, construida con los mismos mimbres que había empleado en su antigua banda y cuya primera entrega fue  "Ramshackle Beauty" (2004).

Pop, psicodelia y folk, con los Byrds, Big Star y los Beach Boys como telón de fondo. Americana de primera, podríamos decir simplificando, no exenta de referencias a REM o Neal Young, pero también a sus compatriotas de Orange Juice, Aztec Camera o Teenage Fanclub.

Durante la última década se han ido sucediendo los discos de Wylie -ha grabado seis álbumes, además de un recopilatorio y varios EP's-, siempre con algunas canciones fantásticas, siempre con elogios de la crítica, siempre con la admiración de otros músicos y siempre en el anonimato.

El último trabajo, publicado en noviembre pasado, y en el que su nombre y el de su antigua banda se unen en un rótulo por vez primera en catorce años, se llama "Chrome Cassettes", un título que a estas alturas tiene obvios ecos "vintage", adecuados para el sutil y brillante catálogo de canciones que ofrece el disco, como esta "Another Wasted Day".

También hay espacio para derroches de ardor y virtuosismo guitarrero por parte de Wylie, como  el riff en el que se recrea en la parte final de "Yesterday's a Waste of Time", por otra parte un tema delicado y hermoso y que contiene toda una declaración de intenciones: nada de perder el tiempo mirando al pasado.

Y no sabemos si Wylie ha encontrado ese  alguien en el que creer / como un dios caído del cielo que buscaba en "Revolution", ese alguien que le prometiera que el sol brillará hoy o cualquier otro día, pero lo cierto es que la luz de sus composiciones no se apaga.