Si llevas más de veinte años disfrutando de una canción y sientes que no se desgasta, sino que, al contrario, crece con cada escucha, es que ahí hay algo. Llámalo amor. O llámalo indefensión. Y no te resistas.
“Sick Of Myself”, el tema que abre el fantástico “100 % Fun” (1995), es solo una de las joyas de la carrera de Matthew Sweet. La canción es cien por cien... ¿divertida? Digamos, mejor, emocionante: retrata a un Sweet enamorado hasta las trancas, casi patético en su desesperación, obnubilado por la superioridad de su amada y dispuesto a humillarse ante su perfección.
¿Material idóneo para una balada? Sí, pero el cantante de Nebraska mete quinta y deja que la cosa se acelere, conducida por la guitarra de Richard Lloyd (Television), que a mitad de tema se marca un solo breve, lo justo, capaz de resucitar a un muerto.
Y, para terminar, ese doble amago de final, cuando parece que todo se acaba pero quedan unos segundos más de fuegos artificiales.
El vídeo rodado para el tema sí es “100 % fun”, con Matthew Sweet y su banda en un caótico apartamento por el que asoma, de vez en cuando, una rubia con cara de buena gente. Richard Lloyd (Television) toca desde la cama de un hospital y un camaleón repugnante disfruta también de la fiesta.
Ideal para subir el volumen, desmelenarse y dar voces en casa cuando nadie te ve.
“No sabes cómo me emocionas, cómo me deshaces y me consumes.
Estoy agotado, estoy gafado y me deslumbra algo que tienen tus ojos
y que mantiene viva mi esperanza.
Estoy harto de mí mismo cuando te miro a ti,
algo tan bello y tan de verdad”.