Cotton Mather vivieron su momento estelar a finales de los noventa. Publicaron entonces Kontiki (1997), un disco casi perfecto, que contenía sublimes melodías cantadas por Robert Harrison entre guitarras excelsas y poderosas que sonaban a Beatles, Squeeze o Big Star.

Uno de los que se enamoraron de aquel álbum fue el ceñudo Noel Gallagher, que con su banda, Oasis, empleaba una fórmula musical parecida, podría discutirse si con más o menos talento, pero desde luego con mucho más éxito.

Con la ayuda del altavoz que supuso el interés de Gallagher, Cotton Mather, procedentes de Austin, Texas, vivieron un fugaz momento de notoriedad underground y se alzaron como una de las bandas punteras en la renovación del power pop de finales del siglo pasado.

Robert Harrison era entonces el artífice de Cotton Mather y lo es, si cabe, más ahora, cuando después de años de mutismo ha vuelto con nuevo acompañamiento pero bajo la misma marca.

Dos álbumes en unos pocos meses -"Death of the Cool" y "Wild Kingdoom"- acreditan que Harrison está con ganas, y canciones como esta evocadora "California" demuestran que su maestría para componer bonitas tonadillas sigue ahí. Así que nos subimos a su coche e iniciamos la travesía


"Todos los días intento comprender cómo sucedió esto,
me miras como si yo supiera
Tómate el tiempo solo de decirme que me quieres
Ruedas, ruedas, y solo llamo para informarte de lo que siento en la travesía del amor
Trae un paquete, un paquete de caramelos. Nos iremos durante días
Me miras como si yo conociera el camino. No gastes tiempo en pensarlo dos veces
Ruedas, ruedas, camino a California. Parece que estoy cerca de la travesía del amor"