Los cumpleaños están muy sobrevalorados. Celebramos con insistencia un día del que no tenemos memoria y en el que nuestro único mérito fue reaccionar con un berrido al azote de un médico.
Puestos a celebrar, tendría más lógica acordarse de otras fechas señaladas como el día en que probamos el chocolate negro, conocimos el mar o vimos ponerse el sol. O escuchamos esa canción.
Sucede que a veces los cumpleaños coinciden con el regalo de un disco. O con un verano en el que se escuchaba un disco en el que venía una canción que hablaba de un cumpleaños. El círculo siempre se cierra.
Cracker es una de tantas bandas que han cantando lo de 'happy birthday'. Fue en 1992 cuando incluyeron en su estreno discográfico este alegre tema de autofelicitación, escrito por el líder del grupo, el cantante, guitarrista y eminente matemático (en serio) David Lowery.
El consejo es sensato: si no tienes a mano a alguien que te tire de las orejas, tendrás que organizar tu propia fiesta. ¿Para celebrar qué? Según Lowery, las pequeñas cosas: una cerveza en un vaso de plástico, una siesta en el coche, la cara de un conocido...
"Estaba echándome un buen sueño en el coche,
en el aparcamiento del hotel casino de Showboat.
Dije, 'me acuerdo de ti, conduces como una madre de la asociación de padres
y me trajiste una cerveza de barril en un vaso de plástico'.
Hoy me siento agradecido por las cosas pequeñas.
Feliz cumpleaños para mí,
para mí y para ti"
Esa armónica que introduce y acompaña la canción tiene categoría de regalo. Una pildorilla de alegría que se hace adictiva y te invita a escucharla una y otra vez. No hay problema por repetir: en materia de celebraciones, mejor pecar siempre por exceso.
Habrá quien prefiera a Marilyn entrando en la habitación con un tarta en la mano, pero para felicitar a alguien yo delegaría siempre en Cracker. Lowery tiene aspecto de, además de cantarte la canción, regalarte la tarta y luego llevarte a beber. Felicidades.