Desnudas, místicas, con olor a hierba húmeda. Así son las nueve canciones que el canadiense Daniel Romano ha escogido para armar 'Totally Free', un trabajo inquietante, a medio camino entre lo íntimo y lo efusivo.
Romano se une, con su tercer álbum en solo un año, al altar de Magnetófono en el que, casualidad o no, coinciden artistas de distinto palo que tienen en común una fertilidad fuera de lo común. Por allí andan también Van Morrison, seis discos en el último cuatrienio, Paul Weller, tres en un año, o Ryan Adams, que promete otros tantos para este 2019.
Era casi imposible que Daniel Romano igualase la cima creativa que consiguió en 2017 con 'Modern Pressure' (pocas canciones como ''Roya" han conocido desde entonces los oídos sensibles), pero este 'Totally Free' contiene preciosidades que crecen con cada escucha.
El disco se grabó en una habitación, con un solo micrófono y con Romano al frente de todos los instrumentos, excepto en un par de temas en los que la gran Kay Berkel se sienta al piano. Su voz maravillosa vuela por encima de una producción espartana en la que nada se echa de menos. También él escribe, produce e ilustra toda la colección.
Una obra cien por cien bajo su control, en la que se adivinan pocas huellas del sonido country sobre el que rota su carrera o de las incursiones powerpoperas de 'Modern Pressure'. Los amantes de las etiquetas se sentirán relativamente cómodos si colocan este trabajo en la estantería reservada para el folk.
No hay historias en estas nueve canciones. Solo sensaciones, paisajes y escenas detenidas en el tiempo, en "el largo espejo del tiempo" que da título a una de ellas:
"El largo espejo del tiempo, su pasaje de cristal esculpido no es genuino. El largo espejo del tiempo revela las caras del prisma, pero no las mías".
El momento más intenso del disco probablemente sea su quinto corte, "Between the Blades of Grass", quizá inspirado, nos gusta creer que sí, en los hermosos versos del poeta inglés Brian Patten: "Me pides un poema. Yo te ofrezco una brizna de hierba. Dices que no es suficiente. Yo digo que esta brizna de hierba servirá. Se ha vestido de escarcha. Es más inmediata que cualquier imagen que yo pueda crear".
No se queda atrás Daniel Romano, en cuanto a belleza, en las líneas que escribió para su canción:
"Entre las briznas de hierba, liberado en el lenguaje del amor de cualquier pasado heredado. Liberado en el lenguaje del amor, enamorado de mi mente milagrosa. Liberado en el lenguaje del amor a través del largo espejo del tiempo. Estoy liberado en el lenguaje del amor".
Ya se habla de otro trabajo de Romano para los próximos meses. Lo esperamos tumbados en la hierba, celebrando su inagotable creatividad y envueltos en la mística de sus grandes canciones.