Después de escuchar su último álbum, "Here", con marcados aires introspectivos y "folkies", y observando la evolución de Teenage Fanclub en sus últimos discos (a razón de uno cada cinco años), uno piensa que a estas alturas en el escenario se va a encontrar más a Simon & Garfunkel que a Dinosaur Jr.

Pero no. Si cierras los ojos -tampoco los Teenage son inmunes al paso del tiempo- lo que viene de allí arriba se parece mucho a lo que podías encontrar, pongamos, en 1997. El álbum que grabaron ese año, "Songs from Northern Britain", y el anterior, Grand Prix (1995), son, como entonces, el núcleo del repertorio, aunque lógicamente "Here" también ocupa espacio protagonista.

Y la puesta en escena mantiene su fuerza. Seguramente los Teenage tocan y cantan mejor que nunca -la experiencia es la madre de la ciencia- y ahí siguen esas guitarras punzantes, que se recrean en devaneos "noisy", y esas armonías vocales primorosas.

Lo normal en cualquier concierto es echar de menos alguna canción, pero en el caso de los escoceses es difícil: no falta ninguna de las imprescindibles y eso que son muchas. Desde el comienzo con "Start Again" fueron desfilando una tras otra por La Riviera (Madrid), mientras el trío compositor, Blake, Love y McGinley se alternaba en el micrófono.

"Don't Look Back" sumió al público en un estado de euforia colectiva que ya no abandonó hasta el final del concierto. "About You", "Take the Long Way Round" y "Ain't That Enough" avivaron aún más la llama y tras una vigorosa interpretación de su último single, "I'm Love", el éxtasis se adueñó de la sala con "Sparky's Dream" y "The Concept".

Empezaron los bises serenando los ánimos con "I Was Beautiful When I Was Alive" ("Here"), para desatarse de nuevo rememorando sus momentos más trepidantes y ruidosos, primero con "Star Sting" y, ya para cerrar, con "Everything Flows", la canción que les dio a conocer en 1990, en los lejanos tiempos del grunge.

Como decía uno de los entregados asistentes, "tantos años y no te cansas" de escuchar sus canciones. Afortunadamente, ellos tampoco se cansan.