Luciendo un talle de pincel pese a estar próximo a cumplir los 68 años y abundante pelo, eso sí totalmente nevado acorde con las fechas, Nick Lowe ofreció el martes 13 de diciembre un entrañable y navideño concierto ante una rendida audiencia que abarrotó la madrileña sala Joy Eslava.

El artista más influyente de la 'new wave' británica condimentó, con el respaldo de la imponente banda Straitjackets, un repertorio en el que se intercalaron villancicos, delicadas baladas y una generosa ración de sus canciones más clásicas.

Show navideño

"Esto es un show navideño" proclamó al comienzo y lo cumplió al interpretar a lo largo de la actuación Winter Wonderland, Christmas At The Airport, Sleigh Ride o I Wish It Could Be Christmas Every Day.

Without Love, You Inspire Me, Sensitive Man o la preciosa de Sam Cooke Rome Wasn't Built In A Day protagonizaron los momentos más tiernos.

Reposó entre medias para que se lucieran los Straitjackers, embutidos como siempre en caretas de lucha libre mexicana, que encendieron al personal con explosivos instrumentales de surf y rock garajero.

Y llegaron los himnos

Regreso triunfal de Lowe para encandilar a la audiencia con sus himnos: la tex-mex Half A Boy Half A Man, la magistral Cruel To Be Kind, el R&R I Knew The Bride (con un arreglo campero), When I Write The Book (de su época en Rockpile) y la incomparable (What's So Funny) About Peace, Love And Understanding (ésta de la etapa en Brinsley Schwarz).

Faltaba el camafeo de despedida, que llegó con la versión de la mejor balada de su colega Elvis Costello, Alison. Telón de terciopelo y armiño que nos augura unas felices fiestas.