Treinta y seis grados, arena ardiente rodeando la toalla, pero poca, porque ahí al lado hay otra toalla; más allá, tierra adentro, una estrecha pasarela de madera conduce hasta un oasis en el que cuerpos chamuscados y con el brillo grasiento de la crema solar se apiñan alrededor de escuálidas sombrillas y un solitario grifo de cerveza.
La dantesca escena tiene su propia banda sonora: la canción del verano. Un género en sí mismo, con sus propias normas, cada año distinto pero siempre igual. Rock, folk, funk, soul, canción del verano...
Pero no hay problema. Tenemos el antídoto, una canción del verano permanente, definitiva. No dice mucho, pero lo dice todo. No se puede bailar. Sólo apretar los puños y saltar para intentar seguir su ritmo frenético.
"Here comes The Summer", que así se llama el remedio contra el veneno, apareció publicada en 1979 en el primer disco de los Undertones, un grupo formado por cinco imberbes en Derry, Irlanda del Norte, en la estela de Clash, Buzzcocks y Ramones.
Aunque su sonido era punk, su temática era la propia del estallido hormonal adolescente -en esto se parece bastante a la canción del verano que conocemos por estos lares-.
Oh Chica, ¿qué puedo hacer?
Me vuelves loco cuando te miro
El verano ha llegado y es la hora de salir a la calle
la hora de descubrir lo que significa divertirse
Bellas caras bronceadas y piernas interminables cubiertas de arena pueblan el idílico verano de los Undertones, que teniendo en cuenta que vivían bajo los plomizos cielos norirlandeses seguramente habían diseñado su paraíso veraniego a partir de las series de televisión.
Unos pocos años después Siniestro Total hicieron una versión en castellano del tema. Mantuvieron el título y el estribillo -llega el verano- pero en la letra contaron una historia mucho más divertida que la de los irlandeses: la del vampiro angustiado porque el sol no le sienta nada bien y no puede ir a la playa viguesa de Samil.
Oh, nena, nena, como no voy a Samil
me quedo en mi castillo y no sé a dónde ir
cojo mi ataúd y me marcho de aquí
no pudo soportar seguir así