Una vez superado el No Elvis, Beatles or Rolling Stones con el que se despachaba Joe Strummer en la cara B del primer single de The Clash, pronto se descubrió que la mayoría de aquellos jovenes alocados tenían una cultura musical que se basaba en lo mejor de los sesenta y algo de los setenta. Con esas influencias, los grupos del punk del 77 descubrieron que coger una canción de las que escuchaban de adolescentes, acelerarla y distorsionarla, ofrecía un resultado muy apañado, y uno tras otro fueron contribuyendo a esta pequeña moda que ya siguió como tradición en los siguientes años.
Ahí han quedado las versiones de Runaway de Los Misfits, el Surfin Bird de Los Ramones - aunque en este caso el original era tan agresivo como la copia -, Under the Boardwalk de The Undertones o LA Woman de The Damned. Por supuesto, las versiones en directo eran mucho más cafres que las que se plasmaban en los vinilos, en los que todavía los productores intentaban suavizar las cosas. Pero como en el rock siempre se ha tratado de romper con las tradiciones, llegaron los noventa, la nueva reconversión, el indy y con ellos el slowcore. ¿que tal si echamos el freno y empezamos a hacer canciones pop lentas, pero conservando la esencia de modernidad que exigen los tiempos? Y ahí entra Spain (the band, hay que acompañar la coletilla en las búsquedas por internet, que para eso tenemos un pais con el mismo nombre). Josh Haden, hijo del reputado contrabajista de jazz Charlie Haden, fallecido en 2014, tiene esas tablas que dan el estar detrás de los escenarios desde niño. Su hermana Petra, violinista de prestigio que también colabora en el grupo, tiene los mismos mimbres, pluriempleándose con sus hermanos en The Haden Triplets o los Green Day, y se rodean con tipos como Kenny Lyon (Lemonheads, Bruce Springsteen, Sting, Joe Walsh and NoFX), del que no se puede decir ni que instrumento toca, porque los toca todos y produce el nuevo album. Carolina, es ya su octavo album, sale hoy publicado por Glitterhouse, y aporta ese clímax de los anteriores. Para que lo entendamos los que aplaudimos a los Damned, ser lento, no significa ser aburrido. todo tiene su momento y con un mojito en la mano, sentado al borde de una piscina, puede ser el complemento perfecto. Curiosamente, Red Hot Chili Peppers utilizaron su canción Spiritual para destrozar un bajo en un concierto en París en 1996, continuando con la tradición de cambiar el sentido de las cosas. Tampoco creo que se sorprendan teniendo en cuenta que, llamándose Spain, no está previsto que pisen por España en su gira europea.