Ricky Nelson iba para actor, pero la tradición familiar de los Nelson, cuyo padre, Ozzie, ya tuvo un importante éxito musical entre los años 30 y 40 consiguiendo colocar nada menos que cuarenta discos en las listas americanas, y su madre Harriet cantó un par de temas de Irving Berlin en la película Sigamos la flota de Fred astaire y Ginger Rogers.
Los padres de Nelson tenían una comedia radiofónica en la que el pequeño Rick, con diciseis años interpretaba un tema, en principio sin demasiado protagonismo. La serie pasó a la televisión y cuando cantaba I'm walking de Fats Domino al más puro estilo rockabilly de Memphis, su presencia física y su buen hacer en el escenario le hicieron encontrar su nueva profesión. Junto con el guitarrista James Burton, que también tocaría con Elvis, hizo un buen número de canciones exitosas como Stood up o Lonesome town.
Posteriormente su estilo derivó al country, cambio que su público no entendió, dedicando su último éxito, Garden Party, a sus detractores. En el año 1985, la avioneta en la que viajaba se estrelló, falleciendo con sus acompañantes.
