Hay misterios sin resolver en el mundo de la música. Uno singular es el caso de Tommy Keene, completo desconocido para la mayoría de los aficionados y aclamado por los que siguen su carrera. Haciendo discos desde el año 1982 lo normal sería que tuviese una buena legión de fans.
Ya ha cubierto a más de una generación con sus composiciones, aunque eso sí tampoco ha sido el más prolífico haciéndolas, su ritmo suele ser un disco cada tres o cuatro años - su última facturación fue Crashing the ether del año 2006. En el año 2000 hizo una visita a Madrid que muchos recordarán por su calidad, sí muchos, porque a pesar de lo dicho, la sala estaba llena en un concierto donde abundaban los músicos de grupos bien conocidos en nuestra ciudad. Con una sonrisa entre lo irónico y lo seductor, este tipo con pinta de ignorar bastante lo que dicen de él, compone canciones power pop que hacen las delicias de los amantes del género, y si desconfías escucha Goodbye Jane , de su última entrega, In the late bright.
Si quieres conocer algo más de él, estos días escribe como invitado en la publicación Magnet, donde desgrana algunas anécdotas que le han ocurrido en conciertos de grupos como Deep Purple o Led Zeppelin.
