Cuestión de buen gusto. Lo que todo el mundo, por motivos de educación o de simple intuición personal, debería demostrar a la hora de saber escoger una película, un libro, una novia...o grabar un disco.

 
Y es que al final todo se reduce a eso: al criterio apropiado al que suele acompañar la sensibilidad en el momento de la elección. Y en la propuesta de Flamingos Bite, con su debut "Mountains", el buen gusto se despliega por doquier.
Desde el exquisito diseño gráfico de su portada desplegable, hasta la última nota de "Si B Fa", el corte final de un disco con clase atemporal.
Este quinteto madrileño nos propone a lo largo de nueve temas, todo un tratado de orfebrería pop con guitarras y melodías, todas ellas cocinadas a fuego lento, con mimo y dedicación.
En "Mountains" coexisten influencias evidentes de los R.E.M. de "Reckoning" y de los Wilco de "Sky Blue Sky". Americana, pop psicodélico y folk/rock con fantásticas armonías vocales estudiadas en escuelas sixties californianas.
Crosby, Stills & Nash, Richard Thompson y Television sin duda han formado parte de la dieta musical de sus responsables. Aunque aquí no encontrarás ni riffs demoledores, ni estribillos fogonazo. Pero te aseguro que si se escucha cada tema mas de una vez, con atención, sin prisas, en soledad, y uno se interna por sus recovecos, entonces, cada canción se convertirá en un conjunto con propiedades extrañamente adictivas.
Y es que el común denominador de la obra está en la forma con la que los Bite han sabido trabajar la composición, los arreglos y el desarrollo apropiado para cada tema. Con cadencias in crescendo que pronostican directos memorables sobre un escenario.
Porque allí es donde el grupo debería demostrar todo el potencial y el virtuosismo que estas "Montañas" albergan en su interior.
Si te arriesgas a despejar la sutil estrategia de guitarras/ telaraña y las melodías iniciáticas que se desdoblan en espiral, entonces conocerás la habilidad de los músicos para seducir al oyente como lo harían los cantos de las legendarias sirenas a los incautos navegantes.
Hay que lograr abandonarse y dejarse sorprender con la aparición sorpresiva de algún saxo puntual o de unos arreglos de metal que a menudo surgen, cual faros salvadores, alumbrando entre neblinas de electricidad, y si, otra vez lo afirmo, con indudable buen gusto.
"Mountains" es también la demostración práctica y palpable del evidente progreso de una formación de rock nacional a la hora de competir en ideas y sonido con las tan a menudo sobrevaloradas producciones foráneas de allende el Atlántico.
¿Pop intelectual para minorías selectas?. Pudiera ser. Lo que para mi está meridianamente claro es que si existiera justicia musical, al menos en el ámbito estrictamente poético, "Mountains" debería ser mucho más que otro tesoro musical oculto a las mayorías, y al que el tiempo, en algún momento, debería colocar en lugar preferente.
Yo ya lo tengo entre mis favoritos del año y sin dejar de sonar en mi habitación.