Foto Juan Pérez-Fajardo
Foto Juan Pérez-Fajardo

"Dadá estuvo aquí" ha sacado a Chencho Fernández de una esquina de la música nacional y le ha aproximado al centro del escenario, donde las voces con identidad propia, por inusuales, son recibidas con entusiasmo. Después de una doble edición (Fun Club Records 2014, Warner 2015) y de defenderlo en directo por distintas geografías nocturnas, Chencho hace para magnetofono.com una reflexión sobre lo que este disco ha significado en su carrera.

"Dadá" tiene ya una larga vida que te habrá permitido analizar por qué este proyecto ha tenido tan buena acogida.
La verdad es que es un disco que ha superado bastante las expectativas que tenía en cuanto a difusión. Mirando hacia atrás, me siento afortunado de la acogida que está teniendo. De alguna forma me pone en sintonía con un público cada vez más amplio porque lo que hay en "Dadá" refleja sin cortapisas lo que hago. Digamos que la forma de componer es pura, no está tocada por ningún factor. Si eso se ha recibido bien, entiendo que es porque hay una sintonía entre lo que yo expreso y lo que se recibe.

Después de otras experiencias más minoritarias con Sick Buzos o en solitario, ¿este recibimiento a "Dadá" lo ves como un nuevo principio?
Lo considero una suerte de refrendo a lo que llevo haciendo durante mucho tiempo. Es verdad que no me ha cogido muy jovencito, aunque tampoco pienso mucho en edades. Sí que considero una fortuna esto que me está ocurriendo con "Dadá", que está teniendo una repercusión grande. Aunque te mentiría si te dijera que no soy ambicioso. En mi fuero interno sí que pienso que la música que hago puede tener un buen recibimiento por un público amplio. Entonces lo considero una suerte. Por primera vez ha cuajado esa comunicación entre un público amplio y la música que hago.

 

CÁPSULAS DE MEMORIA


Las letras están plagadas de referencias muy concretas a tu mundo: muchos nombres propios, tus calles, tus bares... ¿Cómo pueden tocar esos detalles tan personales a tantas terceras personas?
Soy muy autobiográfico componiendo. Me gusta sacar de ese origen las canciones. Son como jirones de vida. Puedo jugar con un margen de exposición, ser más o menos explícito, pero todo viene de una sustancia autobiográfica. Es de lo que me gusta hablar: las cosas que me rodean. Realmente hay algo en lo que me centro mucho que es la memoria. Me gustaría encapsularla en las canciones. Es como una forma de volver a vivir. Supongo que mi forma de componer está basada en eso.

Después de abandonar el inglés que identificaba tus anteriores proyectos, ¿ese cambio de forma te ha conducido también a un cambio de fondo en las composiciones?
Yo domino bastante el inglés, lo digo con la menor vanidad posible, pero mi lengua nativa es el castellano. En los dos idiomas me gusta expresarme, pero prefiero hacerlo en castellano. Ya lo hacía antes, luego tuve una especie de paréntesis cantando en inglés y ahora he vuelto. Prefiero hacerlo en castellano porque es el idioma que utilizo cotidianamente y en el que me muevo mejor. Además, mi voz, no ya como cantante, sino mi voz si quieres poética, la voz con la que me expreso, se desarrolla mucho mejor en el código de la lengua castellana. Por eso el paso para mí no es nada traumático, de hecho puedo volver a hacerlo.

Qué diferentes y qué interesantes los dos vídeos que grabaste para "Dadá", los de 'Una buena noche' y 'Muchacha rural'. ¿Cómo trabajaste este aspecto?
El primero lo hicimos antes de fichar por Warner. El director, Alberto Palma, es muy amigo mío. Incluso antes de que se publicara el disco le pasé el máster de las canciones y eligió esa de una forma determinante. Por mí perfecto, a mí me gustan todas, soy como un padre que no puede elegir. Pero conllevaba un riesgo porque es una canción de casi ocho minutos, que no es una longitud comercial a priori. Pero se hizo con mucho cariño y mucha artesanía, son amigos casi todos, y salió bien. Y el de 'Muchacha rural' lo hemos hecho más recientemente, con medios modestos pero con mucho saber hacer, en mi opinión.



"LA ORIGINALIDAD NO EXISTE, PERO LOS OJOS SÍ SIEMPRE SON NUEVOS"



Esas referencias que siempre se te atribuyen (Lou Reed, Tom Waits, Bob Dyan...), ¿te exigen mucho?
Las considero inevitables. El concepto de la originalidad, ese viejo debate... Creo que la originalidad pura no existe y menos a estas alturas. Todo viene de algo, pero, claro, tus ojos sí son nuevos. Ahí está esa comunicación, ese diálogo entre lo particular y lo universal, cómo lo entiendes, cómo lo concilias y lo expresas. A raíz de "Dadá" se me plantean estas referencias que, bueno, bienvenidas sean. A mí me gustan, pero me lo tomo como eso, más referencias que comparaciones, y yo como creador  lo que trato es de canalizar mis influencias de modo que resulte algo enriquecedor. Pero tengo que estar yo. Me tengo que reconocer en lo que hago.

¿Cuáles son tus preferencias culturales, más allá de la música?
Me gusta bastante leer. Yo hice Filología Inglesa, aunque el gusto por la lectura viene de antes. Entiendo la forma de hacer canciones como una forma también literaria, aunque no academicista, pero sí utilizando recursos literarios adaptados a las canciones. Antes esto era un terreno más virgen, ahora está más transitado y yo entiendo que el formato canción es un formato literario. Tiene sus secretos, en poco tiempo tienes que decir muchas cosas o hilvanar una historia para transmitirla con toda su complejidad o su sencillez.

Tengo, por supuesto, mis escritores favoritos, me gustan desde los simbolistas franceses hasta los poetas de los cincuenta, tipo Gil de Biedma o José Agustín Goytisolo. Algo de los surrealistas, algún novelista tipo Celine también me gusta mucho. El cine lo cultivo algo menos, aunque también me han dicho que mis canciones tienen de alguna forma imágenes, pero bueno, eso también viene de la literatura. Trato de ser honesto con lo que antes te decía de plasmar mi visión cotidiana y trato de hacerlo de una forma artística. No sé, que entronque con cierta tradición literaria y musical.

Seguro que escribes otras cosas. Se percibe una soltura incluso en la forma de titular las canciones.
La verdad es que trato de ser personal en aquello que escribo. Sin forzar nada. Pero sí que le doy algunas vueltas a la hora de elegir, por ejemplo, los títulos. Que tengan connotaciones, un significado que resuma la canción. Sí, escribo otras cosas también que, a lo mejor, algún día pueden ver la luz. Ejercito la escritura, no solo en las canciones pero fundamentalmente en ellas, porque se trata de plasmar un universo personal. Eso precisa ejercicio y, aparte, es una búsqueda.

Foto Carolina Cebrino

¿En qué trabajas para el futuro inmediato?
Estamos preparando el siguiente disco, que lo grabaremos en breve. Ahí incluiré algunos temas que se quedaron en el tintero en su momento, los readaptaré, y otros mucho más recientes que quiero sacar a la luz. Siempre pensando en una cierta unidad. Quizá parte de la buena acogida que ha tenido "Dadá" es porque tienen sentido las canciones juntas. Entiendo el disco no como una mera colección de canciones, sino como algo unitario. Sin que llegue a ser conceptual, en el nuevo trabajo en el que estamos ahora habrá un poco de todo, pero trataremos de darle coherencia.

Cuando recuperas temas antiguos, ¿te reconoces aún en ellos?
Sí que me reconozco en casi todo lo que he hecho anteriormente. Aunque yo mismo me doy cuenta de que de un tiempo para acá he indagado más en un discurso propio, intransferible y reconocible. Pero me arrepiento de poco de lo que he hecho. Me gusta mucho lo que decía y hacía Lou Reed, que tuvo momentos de mayor exposición que otros pero era muy fiel a su repertorio. Cuando no podía sacar un tema en un disco pero consideraba que valía la pena, lo sacaba en otro. Un poco lo mismo hago yo. Para mí todo está dentro de mi propio discurso, independientemente de que lo haya hecho hace muchos años o anteayer. Eso me da una sensación de coherencia en lo que hago.

 

CIRCUITO DE INVIERNO

 

Ahora que se acerca la época veraniega, ¿eres festivalero como espectador?
No demasiado. Me gusta bastante ir a conciertos, pero los festivales que suponen acampar... me gusta abarcar menos y apretar más. Soy más de conciertos de garitos de toda la vida, de circuito de invierno. Pero eso no quita que pueda ir a un festival y disfrutar si la programación me gusta. Aunque soy más de ir expresamente a ver un grupo o un par de grupos.

¿Cuál es ese concierto que te dejó huella?
Me gusta mucho Bob Dylan, aunque trato de no ser mitómano. Estamos hablando de alguien que tiene una producción muy grande y también sé cuándo ha flaqueado. Pero me gustó verlo, era como ver un pedazo del siglo XX, como decía un amigo mío. Lo vi en Granada en una gira a finales de los 90. Lo he visto más veces, pero esa primera vez me gustó mucho.


Habrá sido un contratiempo en este final de gira la suspensión del concierto que tenías previsto en Madrid para el 6 de mayo.

Lamentablemente, porque han cerrado la sala El Sótano, hemos tenido que suspender el concierto que íbamos a hacer junto con Miraflores. Por lo que me toca, teníamos más que ganas de hacer este concierto. Tras un primer momento de decepción, hemos hecho de tripas corazón y ya estamos mirando de cara a nuestra próxima visita a Madrid, que tendré la enorme satisfacción de anunciar lo antes posible.