Durante algunos años, Green Day fueron una banda de culto, sólo conocida en el circuito independiente y entre los seguidores más activos.
Vinieron a España en alguna ocasión y llamaron la atención por su juventud, su destreza instrumental y la voz inconfundible de Billy Joe.
Habían grabado dos discos para el sello independiente Lookout!, algo así como el Histsville californiano del punk melódico a comienzos de los noventa, y enseguida destacaron.
Lo siguiente es mucho más conocido: ficharon por una multinacional con la que publicaron "Dockie" (1994) y, de la noche a la mañana, Green Day eran una de las bandas más famosas del planeta, vendían millones de copias y se abrían paso entre el "star system" rockero, en el que se mantienen desde entonces.
Como efecto colateral, algunos de los que disfrutaban de su música hasta entonces renegaron y empezaron a contemplarles como vendidos y punks de pacotilla.
Un par de años antes de todo eso había aparecido "Kerplunk", su segundo álbum. La canción que lo abría era "2.000 Years": rock fresco, rápido y vital, con melodías contagiosas pero un sonido menos agresivo que el que vendría en los siguientes trabajos.
"2.000 Years" es una historia de amor imposible. Billy Joe sueña con su amada, no duerme, se le acelera el pulso, ve amanecer y se imagina que ella le sujeta con fuerza la mano. Pero no hay nada que hacer. Ella está a dos mil años luz. Demasiada distancia.
Aunque cuando grabaron esta canción Green Day estaban aún más lejos del éxito mundial. Y mira, lo lograron.