Estos días se ha publicado una edición de lujo del primer disco de los Ramones que hace unos meses cumplió 40 años. 1976 y 1977 fueron años icónicos para el rock & roll, así que se suceden las efemérides. 

Los Fleshtones no son tan famosos, pero también celebran, y también 40 años, en este caso de su primer concierto. Fue en el CBGB, precisamente el club que acogió los primeros pasos de los Ramones -vecinos suyos en el distrito neoyorquino de Queens- y de numerosas celebridades del punk y la new wave.

Si ya es difícil permanecer unido a alguien o algo durante cuatro décadas,  aún debe serlo más continuar al lado de los mismos tipos, encadenando disco tras disco y gira tras gira sin siquiera un éxito que alimente la ilusión o la cuenta corriente.

Los Fleshtones lo han hecho y solo su pasión por la música puede explicarlo.  

Y basta escuchar su último disco, "The Band Drinks for Free", para comprobar que esa pasión sigue ahí y que estos cuatro venerables "adultos" tienen cosas que decir. Y sobre todo tienen canciones. Tan buenas o mejores que siempre.

Garaje, R&B, rock primigenio, soul, exquisiteces melódicas...su paleta de colores ha ido adquiriendo matices con los años, pero sin apenas variar las premisas de lo que ellos mismos bautizaron como "super rock" y que aquí bien podríamos llamar "sonido Malasaña",  porque los Fleshtones han formado parte de la banda sonora de ese barrio madrileño desde que  se convirtió en refugio de las esencias rockeras, casi a la vez que los norteamericanos grababan sus primeros discos.

En "The Band Drinks for Free", el vigésimo primer álbum de los Fleshtones, hay dosis de todo lo dicho. Ahí están el órgano Farfisa, las distorsiones garajeras, la competencia de Keith Streng a la guitarra y el poderío vocal de Peter Zaremba. Pero también algunas propuestas más sutiles.

Abre el disco "Love Like a Man", una lograda versión de una canción de Alvin Lee (Ten Years After), redondeada con la estelar colaboración en los coros de Lisa Kekaula, cantante de Bellrays. Han grabado una versión en castellano del tema, siempre atentos a su fiel parroquia española, siguiendo los pasos de Quatro X Quatro (2012), un EP con cuatro canciones también en español.

 

"Suburban Roulette", "Rick Wakeman`s Cape" o "The Gasser" (la segunda versión incluida en el álbum)  dan brillo al clásico sonido garaje-festivo que patentaron en sus míticos discos de los primeros ochenta,  una garra y una intensidad que también laten detrás de las bonitas guitarras de "Love my Lover", un éxito seguro en 1969, según Zaremba.

"How To Make a Day" y "Stupid Oi' Sun" ponen el contrapunto melódico en un trabajo que suena fresco y potente cuarenta años después. Todavía se guardan algunos extras que han dejado fuera del disco para publicar en otros formatos, como "I Surrender" o la que da título al álbum.

Fleshtones se embarcan ahora en una nueva gira para presentar "The Band Drinks for Free" y a comienzos del próximo año volverán por aquí una vez más. Es seguro que estos cuatro tipos seguirán bebiendo gratis.