Matthew Sweet acaba de presentar "Tomorrow Forever", su nueva colección de canciones. El título puede llevar a engaño, porque musicalmente no hay muchas dudas de que el adecuado habría sido "Yesterday Forever".

La verdad es que con un pasado como el de Sweet, con joyas que siguen reluciendo veinte años después, como "Girlfriend" o "100 % Fun", quien puede culparle por recrearse en la fórmula con la que renovó el power pop en los noventa. Y más si lo hace con un puñado de excelentes temas.

Hacía seis años que Sweet no grababa material nuevo -excepto el tercer volumen de su colección de versiones junto a Susana Hoffs- y en ese periodo ha viajado de Los Ángeles a su Nebraska natal.
La influencia de esa vuelta a las raíces se deja sentir en las temáticas de algunas de sus letras, incluida alguna incursión por el country -"Country Girl"- terreno poco frecuentado por el cantante, compositor y excelso guitarrista.

Pero el conjunto, como es costumbre, lo dominan las "delicatessen" que surgen de la guitarra de Sweet, que lo mismo se arranca con una descarga inflamada de energía y virtuosos punteos, como se recrea en acordes sencillos y limpios.

Por supuesto, brillan sus trallazos de rock and roll mélodico, con canciones que perfectamene podrían formar parte de sus discos más representativos. Temas como "Trick", "Carol", "Circus" o nuestra predilecta, "Music for Love".

También hay espacio para los devaneos psicodélicos, como en "Pretty Please" o "The Searcher", y para el pop más dulce ("Entangled").

En total diecisiete canciones, un buen festín que calmará el apetito de los seguidores de Matthew Sweet después de años de severa dieta.