Robert Pollard es uno de los "grandes" compositores de nuestro tiempo. No crean que es un desquiciado juicio de valor. Es un simple e indiscutible dato numérico. Al menos 80 álbumes y más de 2.000 canciones.

¿Quién puede presumir -o lamentar- una obra de mayor tamaño?

Pollard no es uno de esos artistas que tiemblan ante una hoja en blanco. En lo que usted lee estas líneas es muy posible que esté rematando una canción para Guided by Voices, su banda de referencia; o quizá para alguno de sus grupos paralelos; o a lo mejor para un nuevo trabajo en solitario. 

La imparable creatividad de Pollard es aún más meritoria si tenemos en cuenta que durante muchos años ha compaginado la música con la docencia. 

Entre clase y clase, a mediados de los noventa Guided by Voices se convirtieron en una pequeña institución venerada por la aristocracia del rock alternativo americano- Pixies, Sonic Youth...- Sus canciones desnudas y breves, grabadas en cuatro pistas, resultaban a menudo tan precarias como arrebatadoras.

 

En cada álbum había unas cuantas de esas, pero algunos, como "Bee Thousand" (1995), "Alien Lines" (1996) o "Mag Earwhig" (1997) alcanzaron la excelencia. Sucumbió entonces Pollard a la lógica tentación de ir un paso más allá y vestir sus canciones con un sonido más rico y profesional con la ayuda de productores de campanillas, como Ric Okasek (The Cars).

En el camino puede que se desvaneciera algo de aquel primitivo encanto "lo-fi", pero Pollard y sus Guided by Voices siguieron produciendo canciones sin parar y sumando un puñado de nuevas joyas en cada disco. El recopilatorio "The Best of Guided by Voices: Human Amusement at Hourley Rates" (2003) ofrece la fotografía más favorecedora del grupo, con 32 temas que repasan su trayectoria hasta entonces.

Algo que Robert Pollard hace casi tan rápido como componer canciones es disolver y reformar su grupo, por el que han desfilado decenas de músicos, algunos entrando y saliendo varias veces.

En lo que va de año GBV han grabado dos discos, recibidos por la crítica como lo mejor que han hecho en mucho tiempo. El último es "How do You Spell Heaven?"  Sus clásicas pinceladas de pop instantáneo dejan aquí paso a un sonido más rockero y musculoso pero igualmente certero.

Brilla el acompañamiento, en particular el guitarra solista Doug Guillard, un clásico en las aventuras de la banda nativa de Ohio.

De todas formas, si no le convencen las canciones de "How do You Spell Heaven?" no se preocupe. Seguro que el señor Pollard tiene otras.