Los Pataconas

Si me pongo a hablar con alguien de Montesa o los Payasos de la tele, está claro que no somos de la generación de la Play Station, y si entre nuestras influencias musicales están los Shadows o Link Wray es síntoma de que vimos el mundial del naranjito en directo. Las generaciones se unen por los iconos del momento y eso es algo que queda grabado en el cerebro. Cuando mi radar detectó a Los Pataconas, lo primero que pensé fue en la moneda de diez centimos de peseta que los que ya tenemos algunos años hemos tenido en nuestras manos, pero fallé, porque la referencia viene de La Patacona, una playa de L'Alboraya (Valencia). A pesar de esto, entre los títulos de las canciones estaba Flamenco, el primer single de Los Brincos, de cuando los grupos de rock usaban la capa de tuno en las actuaciones. Pero no, no nos remontamos tantos años, el magnetofón Philips que había en mi casa ya había abandonado las bobinas y aceptaba la modernidad del momento: los casettes, y el single de los de Arbex y compañía lo heredé de un primo mayor.

Sin embargo, ahí estan, también entre los títulos, Mazinger Z y Bultaco, y ya no hay duda, estos tipos tocan la guitarra con el callo más grande que los juanetes de la Beckam. Surf, del instrumental, ese género que se cultiva muy poco, y que todos los locutores de radio usan para las sintonías de sus programas, pero que luego programan escasamente entre sus contenidos. Salvo con los Manriques, de Pablos y similares - nunca tendré suficientes palabras de agradecimiento para estos profesionales que tantas horas de placer musical me han dado - no es facil acceder a grupos de surf. El surf de Los Pataconas es divertido, es música de directo, de fiesta, de guitarras limpias y ejecutadas con precisión, con la juerga que supone tocar el carro de Manolo Escobar acompañado de toques del rock and roll más clásico. Guiños a la ironía y saludos a los sesenta son la clave para disfrutar de Spanish Bandito, su disco editado con Jaguar Records y distribuido por Discos Monterrey.