Lori Meyers crecen y crecen, y para la satisfacción de sus fans, aún parece que no han tocado techo. Si Cronolánea fue un album digno de comentarios encendidos y apasionados, Cuando el destino nos alcance no va a ser menos. Lejos quedan los años en que grupos memorables de los años sesenta arrasaban con discos de los que extraian singles y singles sin parar, y lejos queda también el entusiasmo con el que se recibían.

Pero la apatía general deja paso a pequeños tesoros, que eso sí, hay que buscar, porque no suelen frecuentar grandes foros ni gozar de la simpatía de las grandes distribuidoras. Ellos se lo pierden. Pero nosotros no. Después de oir el disco y antes de leer el texto que han colgado a modo de presentación del disco en su myspace, pensaba en que este disco tenía una conexión remota con el tecno de los ochenta (o lo que se llamaba tecno en aquel entonces y que se mezclaba con los nuevos románticos en un barullo un tanto complicado) Durán Durán, The Human League, Visage, OMD o Depeche Mode formaron un universo musical que mezclaba pop con una abundante utilización de los teclados y eso básicamente fue su gen diferenciador.