Aunque no es lo más habitual, una recopilación puede ser el mejor instrumento para sumergirse en territorios musicales desconocidos o novedosos. Un mapa general que dé pistas para profundizar en referencias concretas.   

Muy pocas veces una recopilación es, además, un gran disco. De esos que necesitas escuchar una y otra vez. Una colección que tiene un valor conjunto aún superior al que suma cada una de sus piezas.

"Twelve String High" es una de esas raras recopilaciones. Una delicia de principio a fin que hay que agradecer al esfuerzo y al buen gusto del sello aragonés Your Are The Cosmos, la división dedicada a artistas internacionales de Grabaciones en el Mar

El hilo que hilvana el disco es la guitarra de doce cuerdas y el singular e inimitable sonido que produce este instrumento, que reviste de una sonoridad especial lo que "toca". Pero no nos engañemos: el número de cuerdas de la guitarra no aumenta las posibilidades de que la canción sea buena -aunque escuchando "Twelve String High" podría parecerlo-, así que el mérito de la selección es indudable.

La recopilación es un paseo por grupos actuales de EEUU, Reino Unido y Australia, más el español Coke Belda y un par de aportaciones suecas, herederos todos ellos de los sonidos que dieron sus primeros pasos en el "Hard Day's Night" de los Beatles y cobraron carta de naturaleza de la mano de los Byrds, antes de convertirse en seña de identidad también para generaciones posteriores.

En las notas de "Twelve String High", disponible en CD y en vinilo, Ernesto González explica con detalle este proceso, que resumimos sucintamente en que The Byrds desarrollaron la técnica que electrificó el folk y lo convirtió en rock & roll, creando un sonido que luego también estuvo en la base del nacimiento del llamado power pop.

Los 23 temas de "Twelve String High" son un paseo actual por el universo que delimitan las canciones de The Byrds, The Beatles, los Flamin Groovies de "Shake Some Action", "Now" y "Jumping The Night", o Big Star. Terrenos donde las guitarras tañen como suaves campanillas e inspiran atmósferas agridulces y melancólicas, o lanzan descargas de electricidad contenida.

En la temática domina la exaltación amorosa y en cuanto a las doce cuerdas, el protagonismo principal es para las Rickenbacker, aunque hoy otros modelos representados -para los interesados, también hay explicaciones en las notas sobre las diferencias entre unas y otras guitarras.-.

Las canciones fantásticas se suceden sin tregua: "Tired of Running", de los suecos The Ardivson Butterflies, podría figurar sin problemas en la trilogía mágica de los Flamin Groovies; "If I Did'nt Know you" de los británicos The Dreaming Spires o "Thanks For Nothing" de los australianos Outryders parecen extraídas de un disco de los Byrds. En general los ecos de Roger McGuinn y su banda están presentes en cada rincón del disco, no sólo en las guitarras, sino también en las voces y las armonías.

"Here For You Now", de los británicos Kontiki Suite o "The Look In Your Eye" del norteamericano Luther Russell, son pedazos de espléndida y suave belleza. "There She Goes", de los australianos The Sensitive Drunks posee un riff adictivo; "Coming Back", de Wade Jackson está envuelta en guitarras celestiales. The Carousels, The Parson Red Heads, Erik Voeks, The Deadbeat Poets, Coke Belda...

Es muy difícil acertar tantas veces y "Twelve String High" lo consigue. Imprescindible.