Si en sus dos previos trabajos el canadiense Lucas Chaisson ya apuntaba buenas maneras, con su tercera entrega, titulada "Telling Time",se  confirma la mejor de las expectativas. Aquí estamos ante una indiscutible obra maestra del género Americana.

Esta colección data del 2015, se grabó en Nashville y fue producida magistralmente por su compatriota Colin Linden. Y ésto ya es garantía de perfeccionismo y artesanía junto a los controles del estudio.

Lucas, de entrada fue bendecido con una voz hermosa, versátil y perfecta para contar y cantar batallas de cantautor eléctrico.

Todas y cada una de las composiciones de "Telling time" merecen ser escuchadas y disfrutadas por igual. De principio a fin. La atemporalidad de la propuesta no admite discusión: dentro de mil años la apertura electro acústica con "My lover and my ghost" seguirá achicharrando corazones. 

"Ashes" se acuerda del mejor Ryan Adams. Ritmo de carretera secundaria para rockers sin destino. Percusiones acertadas y guitarras made in Tennessee para un medio tempo sensacional.

"Love so loud" contiene las dosis de melancolía en estado puro que haría estremecer por igual a los fans de  Ron Sexmith o de Quique González.

"Where the river goes" es folk introspectivo, de una belleza conmovedora y aplastante. Material para alimentar el espíritu de las hadas más tristes. Magia y precisión que diría otro maestro.

En un mundo más justo y mejor "Start a fire" y "Stories" sonarían sin parar a todas horas en la F.M. de tu radio. La habilidad del cirujano pop no admite segundas opciones: es ahora o nunca.

"Time (the healer)" arrastra deudas con Bap Kennedy y Van Morrison y las salda con notable alto. Lucas Chaisson canta con feeling y magisterio de GRAN artista. Derrumbando murallas y elevándose muy, muy alto.

"Freight Train"  tiene acordes jazzys y decadencia de garito sureño.

Atmosfera blues, voz rota y un solo espectacular de la slide de Colin Linden. Van The Man sonríe al fondo y aprueba el esfuerzo realizado.

"Boys" es una canción sublime, solo al alcance de los que son elegidos por fuerzas superiores. Oir para creer. Lucas, para mi y desde ya, eres el puto amo del Canadiana Sound.

"Losing game" hace honor a su título. Lágrimas de patinador sobre hielo al atardecer, como la imagen que ilustra la portada del álbum.

"The kid" ofrece abrigo de melodía pura. Eternidad para los románticos. Y es que el chico está "en fuego" esta noche.

La puntilla final nos la asesta una de las mejores canciones que se pudieron publicar durante todo el 2015. "Take it easy on me": una ENORMIDAD en forma de balada. Suplicando comprensión a través de una espiral de belleza ascendente y cuasi religiosa. Los punteos de Linden remarcan el feeling y la trascendencia del tema. Esta es la joya de la corona. La perla imposible para el buceador más arriesgado.

El final más perfecto y sublime para una grabación fantástica que nos llegó desde el remoto norte para quedarse por siempre.

Dudo que se puedan mejorar los resultados obtenidos en "Telling Time". El tiempo nos lo dirá. Pero desde ya, Lucas Chaisson esta por derecho propio al lado de talentos canadienses como Matt Mays, Brock Zeman o Leeroy Stagger. ¡Ahi es ná!