Exquisito arranque el de este disco con la prometedora "Dark Mirror": todo un aviso de jangle folk rock y armonías de psicodelia junto al río Mersey.
"Valentine's day" rememora al gran Don Mariani en su etapa con los increíbles Someloves.


Pop pluscuamperfecto, luminoso y de efecto embriagador. Estas son las secuelas que los Teenage Fanclub arrastraron hasta el país de los canguros y el boomerang.
El tercer corte "Catch my eye" podria habitar sin complejos en el primer álbum de Big Star. Poderío y sensibilidad de acordes en midtempo. A los Posies seguro que les encantaríaa. Y a Matthew Sweet también con su punteo alargando el final.
"Coming Back" te noquea desde el segundo uno. Sensacional la madurez a la hora de atacar una estrofa con ínfulas de himno pop. La joya de la corona, sin duda. Yo la habría dejado para el final. Jangle Guitar Sound excelso.


Pero, espera. La continuación con "Carolina" te vuelve a rematar sin piedad si es que alguien aún no había rendido sus armas.
La balada "Come on over" es toda una preciosidad con ese riff arrastrado tan escuela Beatles.
Seguro que Chris Bell, allá donde quiera que esté, sonríe al escuchar esa monstruosidad, con cadencia slow que es "Back of my hand".
Cuanta clase se encierra en esos coros de armonías celestiales.
"Shooting Star" aprieta el acelerador, pero sin hacer saltar los radares.
Puro control y orfebrería compositiva en algo que parece muy sencillo y que no lo es en absoluto. Y además tiene un final tan emocionante como memorable con ese colchón de teclados y guitarras en cascada.
El festival de pop pluscuamperfecto avanza con la elaborada "If you change your mind". Definitivamente este australiano es un puto genio en estado de gracia. Esa inclusión de armónica sólo se le puede ocurrir a alguien verdaderamente inspirado
El penúltimo corte "Jesus I must be crazy" es Ray Davies en bajada ácida. Decadentes compases a la Kevin Ayers. Ahí es nada.
El final es entrañable. "Ojos verdes", si si en español, cierra crepuscularmente, como lo haría John Lennon en la West Coast mirando una puesta de sol californiana.
Si el primer álbum de Wade Jackson ya era un obra maestra imprescindible, su continuación con "Whiskey Alpha Delta Echo" no le va a la zaga.
Y ya anuncia un nuevo trabajo, el tercero, para el año que viene. Yo no me lo pienso perder.