Digamoslo de entrada claro y alto: esta banda austriaca no hace prisioneros. Y cuando has terminado de escuchar "Monsters & Men" es como si hubieses aguantado en una sauna nórdica cinco minutos más de lo que tu organismo estuviera acostumbrado a resistir. Puro y puto rock'n'roll / High energy de primera división.

Procedente de la ya lejana cosecha del 2008 y super buscado por los especialistas del género, este álbum vuelve a ver la luz en cuidada reedición en CD.

Los Surfaholics acometieron en su tercer disco 13 descargas de riffs brutales sin fecha de caducidad. Arrogancia sonora, irresistibles melodías para himnos de club eléctrico, el hábitat natural donde estas fieras seguro que se desenvuelven a sus anchas.

¿Referencias obvias del cuarteto?. Evidentes: Motorhead, Backyard Babies, Turbonegro y similares bichos eléctricos.

A mí me encantan cuando en "Ain't got no soul" se acercan a Slade y Little Richard en curiosa simbiosis de cerveza, rockabilly y lentejuelas.

Siempre en continuo peligro de hacer reventar los altavoces del equipo a poco que te pases con el ajustador del volumen, estas canciones que APARENTEMENTE se componen de acordes tan básicos que dan risa, siempre consiguen dar en el blanco del rocker más exigente y perspicaz.

Y si alguna vez los Sweet de "Ballroom Blitz" provocaron mueca de aceptación o los Dictators llegaron a conmoverte mínimamente, entonces Surfaholics aprobarían el examen sin mayor problema. Y ya se sabe: en el corazón de un rocker siempre hay sitio para la macarrería bien entendida y en su punto justo.

No, no es nada fácil reunir una colección tan gloriosa como "Monsters & Men". Se necesitan grandes dosis de talento e ideas muy claras para fabricar estos misiles tan precisos y letales. Porque esto nada tiene que ver con el punk, el heavy o el metal, esto es una aleación ligera e irrompible de rock  potente, de pegada ultra molona que a buen seguro encandilaría a tipos como Nicki  Royale "Hellacoper".

Ah, y además tienen una bajista tan guapa y sexy como la más espectacular de las modelos del calendario Pirelli. Por si les faltaba algo. La guinda del pastel.