He estado esperando este disco desde hace un montón de tiempo. El rocker canadiense publicó su anterior "Coyote" hace ya la friolera de cinco años. Y ese lapsus tan prolongado en la saturada y compleja industria discográfica actual es toda una eternidad.

Más aún si hablamos de un ganador del Juno Award (equivalente en su pais al Grammy en USA) al mejor álbum de Rock de aquel mismo año. Cinco temporadas de ausencia y teniendo que soportar duras rupturas sentimentales, el fallecimento por sobredosis de su guitarrista y amigo Jay Smith, además de un descenso personal a los infiernos de la depresión y la automedicación.

Pues bien, Mays por fin logró superar todas estas adversidades con el disco que realmente necesitaba publicar para dejar atrás esa etapa tan frustrante como oscura.

¿Valió la pena tan larguísima espera?. Definitivamente sí. Porque "Once upon a hell of a time.." es un enorme disco de GRAN ROCK de guitarras. Con una producción sónicamente destinada a competir en ligas similares a las de bandas como Foo Fighters o War on Drugs.

 

Descargas tan deslumbrantes como "Faint od heart", "NYC Girls", "Perfectly wasted" o "78's,33's & 45's", solo están al alcance de esos pocos artistas que acuñan en su ADN el cromosoma del más irredento Rock'n'Roll".

Fortalezas inconquistables defendidas con pasión, electricidad y estribillos, para compartir a solas o en compañia, para sentir la sensación de seguir vivo y en la brecha. Y de saber que alguien, desde el otro lado del Atlántico, es capaz, mediante su talento, de comprender y poner banda sonora a tus bajones y euforias, a tus victorias y derrotas.

Música emocional, curativa, reivindicativa de lo verdaderamente auténtico. Himnos para ahullar, da igual si desafinas o no, a la luna en eas largas noches de insomnio.

El álbum se clausura con el mejor tema del año 2017. Y aquí el firmante no admite tipo de discusion alguna: "Never say never" no es simplemente una tremenda canción: es LA CANCION que podría haber cerrado, sin inmutarse, títulos del calibre de "Born to run", "Dawn the torpedos" o el mismísimo "Bat out of Hell". Y es que cada vez que vuelvo a disfrutarla más convencido estoy de ello.

Si aún no has decubierto el buen hacer de este oriundo de Halifax, todavía estás a tiempo. Toda su discografía era ya irreprochable desde sus lejanos días con los olvidados Guthies.

Si Matt Mays ya me rompió los esquemas con su inmenso himno "Terminal Romance", otra composición que justifica toda una carrera, ahora con "Once upon a hell of a time.." vuelve a demostrar que la calidad y el futuro del Rock canadiense están más que garantizadas.

Ojalá decida acercarse alguna vez por estas costas, ya sea en acústico o con banda apisonadora. Sería algo verdaderamente serio. Como un sueño hecho realidad. Rock On.