La influencia de la música ‘negra’ norteamericana en Gran Bretaña ha sido una constante desde hace décadas. Venerados por los grupos locales, todos los grandes bluesman fueron invitados a grabar en Londres en los 70 mientras la fiebre del soul se trasladó a las pistas de baile y emisoras de radio, en muchos casos con más éxito para los artistas originales que en Estados Unidos.
En plena explosión por las islas del ‘Northern Soul’ surgieron los Dexys Midnight Runners y un álbum de presentación definitorio: “Searching For The Young Soul Rebels” (En busca de los jóvenes rebeldes del soul) (1980).
El embrión de los Dexy’s (referencia a la anfetamina Dexedrina aunque ellos proclamaban que no bebían alcohol ni consumían drogas) nació en Birmingham en torno al líder y cantante Kevin Rowland y el guitarrista Kevin ‘Al’ Archer. A ellos se unieron el batería Andy Growcott, el bajista Pete Williams, el teclista Pete Saunders y una completa sección de viento: J.B. Blyther (saxo tenor), Steve ‘Babyface’ Spooner (saxo alto) y ‘Big’ Jimmy Paterson (trombón).
A bailar
El primer sencillo Dance Stance (rebautizada después Burn It Down) ya revelaba el estilo y la fuerza de la banda con los vientos descomunales heredando el sonido Stax, la penetrante voz de Rowland y la maquinaria rítmica ardiendo.
El petardazo llegó con el siguiente single, Geno, homenaje al cantante afincado en Inglaterra con la banda Ram Jam, Geno Washington, muy popular a principios de los 60.
Escaló al número 1 de las listas británicas con las misma fórmula desenfadada, alarde vocal de Rowland con sus peculiares falsetes, respaldado por los pegadizos coros, los pitos siempre protagonistas y un estupendo desarrollo para no dejar las piernas quietas.
El tercer sencillo, There, There My Dear, también recibió el beneplácito del publico con otra impactante dosis soulera. Fraseo para enmarcar de los saxos y el trombón, Rowland desatado ladrando r-r-r-r-r-r en las entradas y nueva ocasión pintiparada para bailar.
La diversión sonora continúa con Tell Me When My Lights Turns Green, puro soul de vientos contagiosos y la vidilla que le aportan los coros a un Rowland en estado de gracia.
Más calmada, pero sin perder un ápice de intensidad, Keep It muestra a un Rowland sollozante encardinado con los excelentes vientos y un formidable estribillo.
Semana muy larga
Seven Days Too Long, versión del cantante de Northern Soul Chuck Wood de 1966, supone otra estampida de pitos, ritmo, piano espídico y un torrente vocal de Rowland, a veces semihablado, y los coros. A estas alturas ya tenemos agujetas.
A toda pastilla proseguimos con el original título Thankfully Not Living In Yorkshire, It Doesn’t Apply (Afortunadamente no vivo en Yorkshire, no merece la pena) en la mayor concesión nuevaolera del disco.
I’m Just Looking es una balada con Rowland susurrando tierno para crecerse apasionado, al igual que I Couldn’t Help If I Tried en la mejor vena de Otis Redding, en tanto que la instrumental The Teams That Meet In Caffs comienza con acústicas de Archer, Hammond de Saunders, se agregan los vientos y nos evoca a los Mar-Keys de Memphis.
Curiosa, como poco, la ‘no declaración’ de amor recitada de Rowland en Love Part One.
Granjeros
Tras este monumental debut, las disensiones internas provocaron la escisión de la banda. Rowland mantuvo el nombre de los Dexys y, aún conservando el espíritu soulero, le cambió la cara para acercarse al folk celta con acordeones, flautas, violines, banjos… y una imagen más propia de granjeros.
El segundo LP, Too-Rye-Ay (1982), incluía Come On Eileen (su canción más conocida), Plan B o la lograda versión de la clásica de Van Morrison, Jackie Wilson Said (I'm In Heaven When You Smile).
Desde entonces, Kevin Rowland ha tocado mucho palos, bien con los Dexys o en solitario. Nosotros preferimos rememorar el infecto ambiente de estos que fueron jóvenes rebeldes del soul.
¡A disfrutarlo, háganme el favor!
DEXYS MIDNIGHT RUNNERS - SEARCHING FOR THE YOUNG SOUL REBELS (1980)
.1. Burn It Down
.2. Tell Me When My Light Turns Green
.3. The Teams That Meet In Caffs (Al Archer)
.4. I’m Just Looking (Rowland/Blythe/Saunders)
.5. Geno (Rowland/Archer)
.6. Seven Days Too Long (Vernon Harrell/J. R. Bailey)
.7. I Couldn’t Help If I Tried (Rowland/Paterson)
.8. Thankfully Not Living In Yorkshire…
… It Doesn’t Apply (Rowland/Paterson)
.9. Keep It (Archer/Blythe)
10 Love Part One
11 There, There My Dear (Rowland/Archer)
Todos los temas de Kevin Rowland, salvo donde se indica
- Otros discos recomendados: Too-Rye-Ay (1982), Don’t Stand Me Down (1985), One Day I’m Going To Soar (2012), Let’s Make This Precious (recopilación)
Inmersos ya en el tórrido verano proponemos una saludable aventura musical de la mano de los colombianos Aterciopelados, quienes reivindican en el álbum Río (2008) una lucha activa contra el cambio climático.
La banda bogotana, referencia del rock latino alternativo desde hace casi ya tres décadas, esparce un intenso universo sonoro lleno de fuerza y conciencia social para preservar de la altísima contaminación al río Bogotá, que discurre por el centro del país y que sigue siendo una auténtica cloaca.
Oxígeno al río
Bajo la dirección musical del multiinstrumentista Héctor Buitrago, la notable letrista Andrea Echeverry canta con su peculiar estilo medio rapeado en una plegaria para revivir el Bogotá: “tiene tos el río (…) oxígeno enviémosle al río, olas de rezos para el río (…) cantemos que regresen los peces”.
La incesante percusión de Urian Sarmiento y Mauricio Montenegro, unido al excelente fraseo de la guitarra de Camilo Velásquez, la programación y bajo de Buitrago aportan el ambiente obsesivo en contraste con la nítida voz de Echeverry para una extraordinaria composición.
Fundida continúa Tréboles, estimulante proclamación medioambiental entre falsetes de Echeverry: “El solecito me calienta el esqueletico. Dios bendiga nuestros vientres, traiga pureza a nuestras mentes”.
Madre
Con el sonido del agua que divide las canciones, prosigue la estupenda 28. Emotiva loa a la maternidad que va ganando fuerza percusiva con aires de reggae en un fascinante dueto con Gloria 'Goyo' Martínez, integrante del grupo hip hop colombiano ChocQuibTown, y que coescribe.
Sin perder la referencia a la maternidad, pero enfocada a la naturaleza, Madre nos transporta a la selva con coros indígenas y briosa subida de Velásquez a la guita, bjo, programming de Buitrago y la entonación con nervio de Echeverry, todo envuelto en aire salsero.
Día paranormal no deja títere con cabeza en la denuncia social, política y ambiental y el lamento de que parece importarle poco a la mayoría. Avivada atmósfera caribeña en la que Echeverry se despacha: “Cortinas de humo ocultan la verdad y la memoria nos quieren borrar”.
Destaca igualmente Bandera, potente rockería con toda la banda muy engrasada, las guitas cortantes de Velásquez, base rítmica efervescente y la crítica firme de Echeverry sobre las inhumanas condiciones y trato que reciben los inmigrantes ilegales en los países más desarrollados, algo todavía muy presente en nuestros días.
Cantar mejor que llorar
Ataque de Risa, como indica el título, es un divertido y festivalero ejercicio aunque el contenido no deja de ser sobre algo tan serio como la guerra. “En vez de balas yo quiero alas, en vez de muerte prefiero suerte y en vez de llorar mejor voy a cantar”, con la colaboración infantil de Milagros, hija de Andrea.
La misma denuncia a la violencia que tanto ha padecido Colombia muestra Hijos de Tigre, canción incluida en la banda sonora de la película La Milagrosa, sobre el conflicto armado del país del director mexicano Rafa Lara.
Gratis es un explosivo R&R en toda regla con el mensaje de paz y amor incondicional entre hermanos, mientras que Tomate supone una estimulante lección alimenticia en agradable ambiente country.
Melodías placenteras encontramos en Vals y Agüita, en tanto que No Llores insufla una gran vitalidad con la voz de Echeverry en plenitud.
Río fue considerado por la revista Rolling Stone como el sexto mejor álbum latino de la historia. El verdadero reconocimiento es degustarlo de principio a fin para reconciliarnos con la naturaleza y nuestros semejantes.
¡A disfrutarlo, háganme el favor!
ATERCIOPELADOS - RÍO (2008)
.1. Río
.2. Tréboles
.3. 28. (Aterciopelados/Gloria 'Goyo' Martínez)
.4. Día Paranormal
.5. Gratis
.6. Vals
.7. Madre
.8. Bandera
.9. Ataques de Risa
10 Hijos de Tigre
11 No Llores
12 Tomate
13 Agüita
. Todos los temas Héctor Buitrago/Andrea Echeverri, salvo donde se indica.
. Otros discos recomendados: Con el corazón en la mano (1993), La pipa de la paz (1996), Gozo poderoso (200), Oye (2006), Claroscura (2018).
El mero hecho de haber sido el primer marido de Julia Roberts le otorga a Lyle Lovett un cierto estatus de celebridad y envidia, pero nos importa más que se trata de uno de los artistas más personales y eclécticos que partiendo del country ha explorado también con ingenio el jazz-swing, el pop y el rock.
Enjuto, de nariz prominente y un peinado propio de haber metido los dedos en el enchufe con la tarifa alta, obviamente este texano no encarnaba el supuesto atractivo de los galanes de Hollywood, aunque sí encandiló a la megaestrella ‘Pretty Woman’ cuando se conocieron en el rodaje de ‘El juego de Hollywood’ que dirigió Robert Altman. Su matrimonio, de todas formas, fue efímero (1993-1995).
Lovett debutó en 1986 con un álbum homónimo que tuvo un favorable reconocimiento en el mercado country y se fue ampliando con sus siguientes trabajos: Pontiac (1987), And His Large Band (1989), Joshua Judges Ruth (1992) y I Love Everybody (1994).
Nos fijamos en el siguiente The Road To Ensenada (1996), primero tras el divorcio, que exhibe todo su talento y versatilidad.
Mi sombrero, ni tocarlo
Para empezar, una maravilla campera que hace referencia a la portada del disco, Don’t Touch My Hat, en la que luce un impoluto sombrero blanco, respaldado por músicos de lujo con el bajo de Leland Sklar, la batería de Russ Kunkel, las guitarras de Dean Parks, el piano de Matt Rollings y la acústica de Don Potter.
“Si es ella la que te gusta, no me importa, puedes quedarte con mi mujer, pero ni se te ocurra tocar mi sombrero” muestra a las claras cuál es su prenda más preciada.
Casualidad o no, otro de los mejores cortes lleva por título el del segundo nombre de Julia Roberts, Fiona, que en la canción es tuerta, de piel pálida, larguirucha y flaca como un alfiler…¿Venganza por despecho?
La estupenda steel de Paul Franklin y el violín de Stuart Duncan acompañan a un Lovett en plenitud que rasguea con fuerza la acústica, arropado por los coros nada menos que deJackson Browne y Shawn Colvin.
Por contra, en Who Loves You Better se lamenta de haber dejado escapar a su amor y le pregunta quién la va a querer más que él. Balada vaquera con un íntimo Lyle Lovett y de nuevo el brillo a la steel de Franklin.
Private Conversation desparrama todo el vigor del country marchoso con la base de Kunkel y Sklar, los punteos de Parks y la voz nasal pegadiza de Lovett, que en I Can´t Love You Anymore va cobrando fuerza y un magnífico estribillo con dos figuras camperas cmo Herb Pedersen y Chris Hillman (Byrds). "No te puedo querer menos, pero tampoco más".
Texano hasta los tuétanos
Homenaje a su Texas natal en Long Tall Texan, del paisano Henry Strzelecki, en dueto con el gran Randy Newman. Igualmente referencia al estado de la estrella solitaria en That's Right (You're Not From Texas),divertimento de country y swing cabaretero con coros góspel, vaya ensalada.
Her First Mistake desprende un hipnótico ambiente jazz-blues con Lyle descarado entre las acústicas 'brasileiras' de Dean Parks; la tristona Promises es una confesión de sus errores que espera le puedan redimir, mientras que It Ought To Be Easier recupera el espíritu vaquero con los siempre reconfortantes coros de Valerie Carter.
Christmas Morning incluye otra insinuación a su matrimonio "estábamos en el altar y me cogiste la mano" con suaves acústicas y el piano con clase de Matt Rollings.
Cierra el disco The Road To Ensenada. Voz arrullante de Lyle Lovett en un curativo remanso de armonías de este excelso cantante y compositor, quien es mucho más que el ex.
¡A disfrutarlo, háganme el favor!
LYLE LOVETT - THE ROAD TO ENSENADA (1996)
.1. Don't Touch My Hat
.2. Her First Mistake
.3. Fiona
.4. That's Right (You're Not From Texas) (Lovett/Willis Alan Ramsey/Alison Rogers)
.5. Who Loves You Better
.6. Private Conversation
.7. Promises
.8. It Ought To Be Easier
.9. I Can't Love You Anymore
10 Long Tall Texan (Henry Strzelecki)
11 Christmas Morning
12 The Road To Ensenada
. Todas las canciones de Lyle Lovett, salvo donde se indica
- Otros discos recomendados: Pontiac (1987), And His Large Band (1989), I Love Everybody (1994), My Baby Don't Tolerate (2003), Release Me (2012).
Cuando la canción Luka escaló hasta el Top 3 en 1987, Suzanne Vega era prácticamente una desconocida en Estados Unidos, pero esta desgarradora historia contada en primera persona sobre el maltrato infantil cautivó al mundo y lo sigue haciendo cada vez que la escuchamos.
La aparente fragilidad de esta cantautora de California, que emigró a Nueva York para empaparse del espíritu de Bob Dylanen el Greenwich Village, se complementa con su ingenio para escribir temas descarnados sin perder nunca la sensible musicalidad que va más allá del estilo folk.
“Mi nombre es Luka, vivo en el segundo piso (…) Solo te pegan hasta que lloras, después de eso no preguntes por qué (…) Supongo que me gustaría estar solo, sin nada roto, sin que me tiren nada” canta Vega plena de sensibilidad para un relato tan crudo.
La banda añade fuerza a la canción con la elegante guitarra de Jon Gordon, la base mid-tempo intensa del batería Stephen Ferrera, el bajista Michael Visceglia y Anton Sanko a los sintetizadores y teclas varias, sumado a más guitas de Marc Shulman y la propia Suzanne con la acústica.
Restaurante en Broadway
Tom’s Diner, referida a un vetusto restaurante en Broadway, es la otra composición más reconocida de Vega. A diferencia de Luka, aquí solo oímos su voz al desnudo mientras se toma un café y se va fijando en los demás clientes en una mañana lluviosa. Preciosa capela que sirve para abrir el disco y también para cerrarlo en una delicada revisión instrumental con sabor a polka.
Curiosidad. El grupo electrónico inglés DNA hizo una versión en 1990 que fue un éxito y, además, se editó un disco solo con diferentes aportaciones de la misma Tom’s Diner, entre ellas de R.E.M. y Billy Bragg.
Solitude Standing, que da título al álbum, supone un nuevo contraste entre la intimista Suzanne y la banda con la intro al bajo de Visceglia y la bate marcada de Ferrera para explicar de forma hipnótica cómo se vive una permanente soledad.
El gran Mitch Easter (Let’s Active) que mete guitarras junto con el también productor Steve Addabbo se unen en Gypsy. Arpegios folk rodean la quebradiza garganta de Vega que suplica maravillosamente “Abrázame como a un bebé, arrúllame dentro de ti y déjame oírte a través del calor”, secundada por el coro de Shawn Colvin.
Inbound/Fancy Poultry comienza con la acústica y la voz melosa de Suzanne, el piano eléctrico de Sanko y un desarrollo con aire jazz que te va envolviendo cual crisálida en un remanso de más de seis minutos con desenlace muy folk de la guitarra de Shulman.
Sanko también colabora en la composición de Night Vision, balada con fondo de cuerdas y Vega advierte: “Durante el día sé agradecido, por la noche ten cuidado. La mitad del mundo está en la dulzura, pero la otra en el miedo”.
Te miro a los ojos
In The Eye insufla un nervio más rockero con los punteos de Shulman, el ritmo animado y Vega lanza un trágico desafío: “Si me pensabas a matar ahora, aquí me voy a quedar, mirándote a los ojos”.
Coescrita con el bajista Visceglia, Language es una balada folk abrochada con muchas teclas y cuerdas suaves en la que la voz de Vega se desdobla.
Calypso, a pesar del título, no evoca esencias tropicales marchosas y sí una balada con la voz envolvente de Vega, en tanto que Wooden Horse cierra el álbum con la bate machacante de Ferrara, suavizada con las acústicas y la voz susurrante de nuestra protagonista.
El tercer Lp, Days of Open Hand, mantuvo el mimo estilo, pero en 1992 Vega dio un giro con 99.9ºF, producido por su entonces pareja, el renombrado Mitchell Froom, y un sonido más dinámico y bailable. Ya entrados en este siglo continuó publicando álbumes más acordes a su estilo íntimo. Ese mismo que nos pone la carne de gallina con Luka
. Todos los temas de Suzanne Vega, salvo donde se indica
. Otros discos recomendados: Suzanne Vega (1985), Days Of Open Hand (1990), Songs In Red And Gray (2201), Beauty And Crime (2007), An Evening Of New York And Stories (2020)
Consagrado ya en su Argentina natal, Andrés Calamaro desembarcó en España en 1990 para liderar Los Rodríguez y proseguir después una fecunda carrera en solitario que está lejos de haber concluido.
Figura destacada en su país a la altura de Charly García o Fito Páez e integrante del ya legendario grupo Los Abuelos de la Nada, este bonaerense empezó la aventura española haciendo piña con los ‘tequileros’ Ariel Rot y Julián Infante y saboreando el éxito masivo con tres discos de estudio, además de varios recopilatorios y directos.
Los Rodríguez, que se habían ido desviando a sonidos cercanos a la rumba y el flamenco, se separan en 1996 y Calamaro decide recuperar las raíces más rockeras con su primer trabajo personal en España, Alta Suciedad.
Precisamente para imprimirle un estilo más vigoroso, viaja a Estados Unidos y se mete en el estudio con reputados músicos de sesión como los guitarristas Hugh McCracken y Marc Ribot, el batería Steve Jordan, el bajista Chuck Rainey y él concentrado en las teclas.
Basura
Y Para empezar un martillazo pilón de rock duro con riffs guitarreros airados, la base machacona y vientos mientras Calamaro repite enérgico: “Somos lo más bajo de la Alta suciedad! Basura de la alta suciedad, no se puede confiar en nadie más”.
Todo los demás cambia radicalmente el registro, encontramos el Calamaro más poeta en un agradable midtempo y coros de sus compatriotas Celeste Carballo y el histórico Palito Ortega. “Puedo presumir de poco porque todo lo que toco se rompe. Te presté un corazón loco que se dobla con el viento y se rompe”.
Aires porteños de arrabal se palpan en Donde manda marinero, que retoma el espíritu de Los Rodríguez y culmina con un estupendo fraseo de Marc Ribot. “No sé qué quiero, pero sé lo que no quiero”.
Ambiente soul-funk en Loco, inundado de metales, punteos wah-wah, el ritmo sostenido y un embaucador Calamaro que se siente como en brazos en la pista de baile entonando na-na-na junto a Celeste.
Aunque ya casi en el siglo XXI, sufrió la ridícula censura de difusión en algunas radios y televisiones por la frase "Voy a salir a caminar solito, sentarme en un parque a fumar un porrito”.
Flaca
Con el paso del tiempo Flaca (va por casi 190 millones de reproducciones en YouTube) permanece como la canción más apreciada del capitalino, que engancha con una melodía sencilla y su voz susurrante para crecer con un estribillo memorable y toda la banda en plenitud: “Flaca no me claves tus puñales por la espalda (…) Aunque casi te confieso que también he sido un perro compañero”.
Retoma el brío rockero con Me arde, fantásticas guitas cruzadas de McCracken y Ribot con Calamaro a punto de ignición, incluido un gracioso rapeo.
Crímenes Perfectos devuelve a la calma con acústicas, piano y un tembloroso Calamaro con el corazón roto que demuestra una vez más su talento para entretejer historias y música en perfecta convivencia y, argentino al fin, con referencias futboleras.
Porteño y taurino
Porteño, desde luego, pero al tiempo un confeso aficionado a la fiesta de los toros le dedica dos temas.
Media verónica es una crónica intimista bien arropado de cuerdas y vientos, en tanto que El tercio de los sueños nos sumerge en un agradable blues tanguero acompasado: "Tú solo tenías ojos para el joven matador de toros. El tercio de los sueños ya se había terminado para mí".
Más efluvios funk en ¿Quién asó la manteca?, de nuevo brillantes las guitarras, y sabor reggae y olor a hachís en Nunca es igual, coescrita con el filósofo y ensayista Antonio Escohotado que hace un largo recitado.
Elvis está vivo no es un Rock & Roll sino más bien un tango mecido con el bandoneón; Comida china, una balada conducida por el piano, y cierra la desenchufada El Novio del olvido con otro guiño al baile más universal de Argentina.
Producción brutal
Su desbordante creatividad le lleva a editar seguidamente un disco de rarezas, continuado con el doble Honestidad brutal, que contiene 37 canciones y que rivaliza como su mejor trabajo.
Por si fuera poco, en el 2000 publica el quíntuple El salmón con más de un centenar de canciones, seguido de un álbum de tangos El cantante y hasta hoy ocho discos más, solo contando los de estudio.
Abarcar toda su obra es poco menos que imposible, pero intentarlo es siempre reconfortante.
A disfrutarlo, háganme el favor!
ANDRES CALAMARO - ALTA SUCIEDAD (1997)
.1. Alta suciedad
.2. Todo lo demás
.3. Donde manda marinero
.4. Loco
.5. Flaca
.6. ¿Quién asó la manteca?
.7. Media verónica
.8. El tercio de los sueños
.9. Comida china
10 Elvis está vivo
11 Me arde
12 Crímenes perfectos
13 Nunca es igual (Calamaro/Escohotado/Jordan/Drayton)
14 El novio del olvido
Todos los temas de Andrés Calamaro, salvo donde se indica
Otros discos recomendados: Nadie sale vivo de aquí (1989), Honestidad brutal (1999), El salmón (2000), El regreso (directo, 2005), Cargar la suerte (2018).
El fallecimiento de Alan Henderson, bajista de la formación original de Them, es una triste excusa, pero excusa al fin y al cabo, para profesar una vez más nuestra admiración incondicional por esta...
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