The Joker, Serenade, Rock’N Me, Jet Airliner, Fly Like An Eagle, por citar solo algunas, deben figurar en cualquier antología que se precie de las mejores canciones de los 70 y, a su vez, Steve Miller ocuparun lugar de privilegio en el Olimpo de las grandes estrellas del rock norteamericano que explotaron esa década como Bruce Springsteen, John Fogerty, Bob Seger, Lou Reed, Neil Young, Tom Petty…
Natural de Wisconsin pero criado en Dallas, Steven Haworth Miller se empapó desde niño del blues y el jazz por la afición de sus padres, incluso apadrinado por Les Paul y T-Bone Walker que frecuentaban la casa de sus progenitores. En busca de perfeccionar su estilo a los 20 años se fue a Chicago, donde demostró sus dotes de gran guitarrista y llegó a tocar con Muddy Waters, Howlin’ Wolf y Buddy Guy.
En 1966 formó la Steve Miller Band junto a su íntimo amigo de la universidad Boz Scaggs, de dilatada y exitosa carrera posterior como solista, que participó en los dos primeros álbumes. Siguieron cinco Lp’s más hasta que en 1973 llegó el bombazo.
Sin desdeñar sus raíces, la Steve Miller Band, radicada ya en San Francisco, se orientó más al rock y esa fructífera etapa de cinco años (1973-1977), que abarca tres discos, queda perfectamente reflejada en el recopliatorio Greatest Hits, con 14 cortes sin desperdicio.
Comodín burlón
The Joker te engancha desde el primer momento. Escucharla casi 50 años después suena igual de fresca, pegadiza y divertida. Miller se define como el comodín burlón de la baraja, pero también un cowboy del espacio, gángster del amor -ambas títulos de canciones anteriores-, amante, pecador y hasta fumador nocturno de hierba con un estribillo irresistible.
Fue su primer #1 en EE.UU, pero todavía quedaba mucho y bueno por llegar.
En 1976 se publica Fly Like An Eagle, su cima creativa e instrumental ya graduado como un sobresaliente guitarrista, cantante y respaldado por la compacta base de Lonnie Turner al bajo y Gary Mallaber a la batería.
Las acústicas y la voz delicada de Miller nos envuelven en Serenade, una delicia popera con la consistencia rítmica y melodía arrolladora. M-Clan la homenajearon en el directo ’Sin enchufe’ rebautizada como ‘Llamando a la tierra’.
Rock’N Me contiene uno de los mejores riffs guitarreros de la historia del rock con la apisonadora de Mallaber en las baquetas y Turner a las cuatro cuerdas, cambios tremendos y la voz que te encandila de Miller, feliz de seguir ‘rockeando’ con su chica en un recorrido desde Phoenix hasta California.
No decae el brío en Take The Money And Run, nueva descarga con Mallaber golpeando como un poseso, aluvión de guitas rítmicas, palmadas, coros ‘uhhhhh’ y Miller soberbio cantando la historia de una pareja reencarnados en Bonnie & Clyde en la que él (Billy Joe) no duda en disparar a quien se interpone en los robos y ella (Bobby Sue) coge el dinero para escapar a toda velocidad.
Volar como un águila
Fly Like An Eagle, con otro formidable fraseo de guitarra y sintetizadores que nos elevan al cielo: “Quiero volar como un águila, dejar que mi espíritu me conduzca hasta sentirme libre” canta Miller inmerso en una atmósfera de psicodelia hipnótica. Neville Brothers la reinterpretaron para aportar su fragancia de Nueva Orleans.
El álbum, considerado el mejor del año por la revista Rolling Stone, incluye otros estimulantes pasajes como la campera Dance, Dance, Dance, dinámica y bailable al son de slides, virtuoso dobro de John McFee (Doobie Brothers) y un guiño a las praderas del oeste. En contraste, Wild Mountain Honey es una emotiva balada repleta de teclas y sitares de ambiente sideral con la melosa interpretación de Miller.
No hay dos sin tres y el siguiente duración, Book Of Dreams (1977), continúa derrochando dosis del mejor rock de alto octanaje.
Tras una ráfaga intergaláctica (Threshold) se abren paso las guitarras en Jet Airliner, versión del caboverdiano Paul Pena, con otro memorable riff de Steve Miller que nos levanta del asiento, estribillo para enmarcar y una banda reforzada con Greg Douglas a las guitarras y Byron Allred en las teclas.
Amor selvático
Momento álgido es también la enérgica Jungle Love. Los consabidos sintetizadores de otras galaxias, silbido y ritmo cañero con la base a todo meter, punteos incisivos y un tan pasional como peligroso Steve Miller, determinado a encerrar a la chica en su guarida y tirar la llave porque el suyo es ‘amor de la selva’.
Un poderoso crescendo de bate y bajo es el preámbulo de Swingtown, destellos a las seis cuerdas de Miller, portentoso con la voz, que invita a bailar en la ciudad del swing, requiebros con las teclas de Allred y desatado desarrollo.
True Fine Love suena muy sesentera, ritmo sincopado y guitas inquietas para otra exhibición gutural de Miller, en tanto que The Stake, compuesta por el exmiembro del grupo David Denny, rezuma el espíritu del rock progresivo con esencia bluesera, la voz filtrada de Miller y su dominio para puntear con maestría.
Remanso psicodélico en Winter Time con acústicas, sitar, teclas por doquier y un Miller nostálgico del verano por la llegada del invierno.
Completada esta suprema trilogía, la trayectoria de Steve Miller ha sido desigual. Volvió a subir a lo más alto de las listas y las discotecas con Abracadabra (1982) con Lp's cada vez más espaciados y paulatina vuelta al blues.
De hecho en lo que va de siglo sólo ha publicado dos álbumes, el último de 2011, aunque nunca ha dejado de tocar en directo. Este 2022 tiene fechas hasta agosto y todavía le esperamos en España para que nos visite por primera vez. Mantenemos la esperanza.
. Discos recomendados: Sailor (1968), Brave New World (1969), The Joker (1973), Fly Like An Eagle (1976), Book Of Dreams (1977), Bingo! (2010), Let Your Hair Down (2011).
La Psiquiatría diagnostica como ’trastorno mental’ a las personas bipolares, pero esa alteración se torna en virtud cuando se aplica a la música y mejor cuanto más multipolar.
Tal es el caso de Yola, británica de raza negra, voluminoso cuerpo, ensortijado cabello y, sobre todo, una excelente cantautora que sin renunciar a su herencia soulera se desenvuelve de maravilla en el country para romper el estereotipo de que este estilo es privativo de rubias norteamericanas con voces cristalinas.
Yolanda Claire Quartey, natural de Bristol, empezó en el grupo local Phantom Limb (2005 a 2012), colaboró como vocalista para otros artistas y se aventuró en solitario con el EP Orphan Offering (2016) en memoria a su madre fallecida tres años antes.
El lanzamiento definitivo llegó en 2019 con el deslumbrante Walk Through Fire, obviamente grabado en Nashville. Bajo la producción nada invasiva del afamado Dan Auerbach, líder de Black Keys, Yola destapa sus sentimientos e influencias para transitar del soul al pop y, desde luego, impregnada del aroma country durante 42 reconfortantes minutos.
Elegante
La elegancia inunda el álbum con una voz de terciopelo que por momentos se desata cual torrente como en el single Faraway Look. Supremo timbre de Yola que descubre en su pareja “una mirada distante que difícilmente puede disimular” al amparo del órgano de Ray Jacildo y las buenas guitarras de Russ Pahl y el propio Auerbach, que coescribe casi todos los temas.
El tranquilo piano de Booby Wood introduce Shady Grove con orquestación, las acústicas de Mark Howard, la steel de Pahl y la perfecta fusión blanquinegra de una triste Yola en medio de la ‘arboleda sombría’.
Ride Out In The Country desnuda el alma ‘Americana’ de Yola, que entra y sale del amor necesitada de escapar al campo, mecida con los bonitos fraseos de Pahl, Billy Sandford y Auerbach y secundada con los estupendos coros de Leisa Hans y Ashley Wilcoxson.
La melancolía lo invade todo en Lonely The Night, de los momentos más emotivos del álbum y estribillo antológico. “Hablo con tu sombra en mi habitación… La noche es lo que les queda a los que han perdido a su amor” canta una abatida Yola para volver a impresionarnos en una desgarradora balada apenas arrastrada por la batería de Gene Chrisman y el bajo de Dave Roe.
Still Gone es otra historia de desamor. “Sigues ausente aunque te veo en cada sitio al que voy” pero el ritmo es mucho más vivo y enésimo alarde vocal de Yola con los punteos finos de Pahl.
Camino sobre el fuego
Dan Penn, autor de innumerables grandes canciones que han cantado Aretha Franklin, Irma Thomas, Otis Redding, Janis Joplin, Box Tops, Buddy Guy…, colabora en Walk Through Fire que da nombre al disco. Delicatesen country con el violín de Stuart Duncan, el banjo de Mark Howard, la steel de Pahl y la armónica de Charlie McCoy, sobre los que emerge la portentosa garganta de Yola, capaz de caminar sobre el fuego del amor.
Rock Me Gently conserva los efluvios campestres para regalarnos otra balada plena de sentimiento y cariño. Todo lo que pide es sentirse querida suavemente por su ser amado toda la noche.
Tintes de góspel de Hans y Wilcoxson se entreveran en It Ain’t Easier con una Yola que se va enfureciendo de forma magistral en otra acertada fusión country-soul.
Vince Gill, estrella del country, rivaliza con Yola en Keep Me Here, logrado dueto de mansedumbre musical que va cobrando intensidad con el virtuoso piano de Wood y el órgano de Jacildo.
Las praderas del ‘far west’ se vislumbran en Love All Night (Work All Day) con la recomendación de amar por la noche y trabajar durante el día, también en la apacible Deep Blue Dream dulcificada con el violín de Duncan, en tanto que Love Is The Light cierra el álbum con la misma receta placentera de la voz envolvente de Yola y un acompañamiento de lujo.
Walk Through Fire fue nominado a los Grammy como mejor disco en la categoría de Americana y el cuento está lejos de terminar, porque el pasado año editó el segundo larga duración, Stand For Myself, con los mismos placenteros mimbres.
Ningún grupo ha encarnado en España el espíritu, rebeldía y garra sónica de los Rolling Stones como Burning, que sobrevivió durante casi cinco décadas a todas las movidas, modas y corrientes como genuino representante del más sólido rock nacional.
Formados en 1973 en el madrileño barrio de La Elipa, la influencia stoniana ya se palpaba desde sus primeros conciertos en la desaparecida sala M&M o en el colegio Maravillas con una larga e incendiaria versión de Sympathy For The Devil y la impactante estética ’glam’ del momento.
Empezaron cantando en inglés pero pronto encontraron su personalidad en el LP de debut Madrid (1978) con temas como Rock’n’Roll Mama, Jim Dinamita o la balada Una noche sin ti.
Conformados por el guitarrista Pepe Risi, armado con una Gibson Les Paul negra, la voz penetrante de Toño Martín,Johnny Cifuentes a las teclas, Quique Pérez al bajo y diferentes baterías como Teto Oltra, Ángel Lito o Ramiro Penas.
Mujer fatal
El espaldarazo definitivo llegó al año siguiente con el álbum El fin de la década y el tema ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como éste?, incluida en la banda sonora de la película homónima de Fernando Colomo, protagonizada por Carmen Maura y en la que también aparecen ellos.
Canción fundamental en la trayectoria de Burning es la historia de una mujer (Carmen Maura) madura, separada y angustiada que tiene una aventura con un chico joven en la noche madrileña.
Burning lo embadurnan de una atmósfera decadente que recuerda a Lou Reedcon la interpretación descarnada y burlesca de Toño y la clase con las seis cuerdas de Risi en un estilo más templado de lo habitual en ellos.
Mucho más vitalismo propone Mueve tus caderas, otro de los temas emblemáticos de Burning y una definitoria primera estrofa: “No estés más deprimida, yo tengo la solución. Unas copas y unos amigos.
Y un poquito de rock & roll”.
Pues eso, la receta infalible para mover caderas y el resto del esqueleto, R&R a todo trapo con Risi transfigurado en Keith Richards, el compás stoniano de pura cepa y Toño escupiendo las palabras: “Vamos a reírnos del mundo, como cuando te hago el amor”.
Los primeros acordes de Seducción, prestados del maestro Chuck Berry, evidencian de nuevo la escuela del más genuino R&R de Risi con la base rítmica incandescente, mientras Toño relata la vida de una prostituta en Las Ramblas “con pantalón de cuero, zapatos de charol y el corazón de hielo olvidado en un rincón que hace tiempo algún chico lo rompió”.
Rock salvaje
Ese rock salvaje y sexual explícito se desparrama en Puedes sentirlo, base frenética, los punteos de Risi, los colchones de Johnny en las teclas y Toño desgañitándose para consumar el acto.
Un poquito nada más… evoca de nuevo a Lou Reed en un mid-tempo socarrón de relaciones más o menos amorosas en las que los protagonistas son los propios miembros del grupo, en tanto que Bajo los focos se refiere a una estrella del Rock and Roll “vulgar y suntuosa” pero un ‘dios’ en el escenario con el soporte sónico tan atenuado como intenso.
Las chicas del Drugstore, referencia al desaparecido centro comercial madrileño que abría las 24 horas y tenía mucho ajetreo nocturno, muestra la personalidad rockera de Burning para lucimiento de Risi, el piano de Johnny y de nuevo Toño arrastrado al cantar.
La triste Lo que el tiempo no borró entremezcla amor y droga: “la rueda de la fortuna gira al revés para mí” y cierra el álbum Balada para una viuda que se ve consolada en otro episodio decadente con los arpegios lastimeros de Risi y el piano de Johnny, mientras Toño nos va cautivando gradualmente.
En 1980 publican el tercer LP Bulevar, que entronca con la ‘Movida’ y contiene clásicas como No es extraño que estés loca por mi o Días de lluvia. Le sigue Atrapado en el amor (1982) pero llega la primera crisis con la marcha de Quique y de Toño, quien sucumbe a la droga y muere de sobredosis en 1991.
Pepe Risi y Johnny Cifuentes deciden continuar alternándose como cantantes y editan más discos: Noches de Rock And Roll (1984), con Esto es un atraco o Una noche sin ti dedicada a Toño, Hazme gritar (1985), Cuchillo (1987), Regalos para mamá (1989), En directo (1990), No mires atrás (1993).
Emotiva despedida
Nuevo mazazo en 1997 con la muerte de Risi por una neumonía. Aún así, Johnny siguió adelante hasta la despedida definitiva en octubre de 2019 en la sala La Riviera de Madrid, cuyo concierto lo reflejó en esta páginacomo testigo de excepción nuestro compañero David Ramiro.
Punto y final a 45 años de R&R y una declaración de principios de la máxima de Risi: ”Si no eres el mejor bájate del escenario, porque si no nadie se lo cree”.
¡A disfrutarlo, háganme el favor!
BURNING - EL FIN DE LA DÉCADA (1979)
.1. Mueve tus caderas (Burning)
.2. ¿Qué Hace Una Chica Como Tú
En Un Sitio Como Éste? (Johnny Cifuentes/Pepe Risi)
.3. Un poquito nada más… (Toño Martín/Pepe Risi)
.4. Bajo los focos (Cifuentes/Risi)
.5. Puedes sentirlo (Toño/Risi)
.6. Seducción (Burning)
.7 Las chicas del Drugstore (Toño Martín)
.8. Lo que el tiempo no borró (Toño/Risi)
.9. Balada para una viuda (Toño/Risi)
- Otros discos recomendados: Madrid (1978), Bulevar (1980), Noches de Rock And Roll (1984), Cuchillo (1987), En directo (1990).
Las compañías discográficas siempre han tenido la mala -y merecida- fama de explotar al máximo a los artistas, pero hay muchas loables excepciones con sellos que apostaron por músicos prometedores como la californiana Beserkley, benefactora nada menos que de Jonathan Richman & The Modern Lovers, Greg Kihn Band, Earth Quake y uno de nuestros favoritos, The Rubinoos.
Originarios precisamente de la ciudad universitaria de Berkley, al norte de San Francisco y sede de la mencionada Beserkley, los amigos quinceañeros Tommy Dunbar (guitarra y coros) y el voz solista Jon Rubin -de su apellido surgió el nombre- formaron Rubinoos a principios de los 70 pero no fue hasta 1977 cuando vio la luz su álbum homónimo de debut, una delicia de power pop que hereda las armonías vocales de los Beach Boys, Beatles o Raspberries y las amplifica con el sonido imperante nuevaolero del momento.
Tesoro de tres minutos
El primer impacto llegó con la colosal revisión de I Think We’re Alone Now, éxito de Tommy James & The Shondells justo diez años antes. La insuperable conjunción de voces, el punch creciente de Donn Spindt a la batería y Royse Ader al bajo, aderezado con los siempre pegadizos destellos a las seis cuerdas de Dunbar la convierten en un tesoro de apenas tres minutos.
La sucede Leave My Heart Alone con el fabuloso timbre de Rubin, los coros , el poderoso cambio rítmico, los punteos de Dunbar y continúa el enamoramiento, pese a que quieren que les dejen en paz el corazón, enlazada con las pegajosas guitas funk de Hard To Get y de nuevo la estupenda superposición coral.
La otra versión del disco es Peek-A-Boo de 1958 de los Cadillacs, recuperando el espíritu festivo de los grupos vocales doo wop, piano inquieto, los agudos y barítonos entrecruzados, solo guitarrero con garra de Dunbar y una contagiosa invitación a bailarlo.
Pues de un R&R pasamos al tema más cañero y una declaración que no nos creemos, Rock And Roll Is Dead. Las fieras guitarras de Rubin y Dunbar, que lleva la voz principal, airados como si se hubieran transfigurado en melenudos heavys.
Tras la tormenta llega la placidez de Memories, una mimosa balada para lucimiento de Jon Rubin, quien también muestra su valioso registro gutural en la popera Nothing A Little Love Won’t Cure.
Wouldn’t It Be Nice es diferente a la del mismo título de los Beach Boys, pero el alarde vocal es muy similar al de los ‘Chicos de la playa’, reforzado con la base cobrando cuerpo por momentos y gran punteo para uno de los destacados pasajes del disco.
Make It Easy combina la fuerza rítmica y las agradables voces en otra delicia power pop con los acordes protagonistas de TV Dunbar.
Y para redondear el álbum nos obsequian con I Never Thought It Would Happen, preciosa popera revestida de enérgica instrumentación y las perfectas armonías vocales.
En fin, ideal reconstituyente para el cuerpo y el alma en una dosis de 31 minutos. Debería ser de obligada prescripción médica.
Los Rubinoos editaron el segundo LP en 1979, Back To The Drawing Board, regado igualmente de canciones memorables com I Wanna Be Your Boyfriend, Operator o Fallin’ In Love, pero nunca recibieron el merecido reconocimiento masivo, sin que ello haya mermado su ilusión por seguir haciendo canciones de solaz esparcimiento hasta la actualidad.
Enamorados de España
Asiduos en los escenarios españoles, los californianos son aquí un grupo de culto y lo devuelven con generosidad en sus conciertos, como el que pudimos disfrutar un grupo de amigos y declarados fans en el madrileño Moby Dick hace ya una década.
¡A disfrutarlo, háganme el favor!
THE RUBINOOS (1977)
.1. I Think We’re Alone Now (Ritchie Cordell)
.2. Leave My Heart Alone (Tommy Dunbar/James Gangwer)
.3. Hard To Get (Dunbar/Gangwer)
.4. Peek-A-Boo (Jack Hammer)
.5. Rock And Roll Is Dead (Dunbar/Rubin/Carlin)
.6. Memories (Dunbar)
.7. Nothing A Little Love Won’t Cure (Dunbar)
.8. Wouldn’t It Be Nice (Dunbar/Gangwer)
.9. Make It Easy (Dunbar)
10 I Never Thought It Would Happen (Dunbar/Gangwer/Ader)
Otros discos recomendados: Back To The Drawing Board (1979), Basement Tapes (1980), Paleophonic (1998), Twist Pop Sin (2005), From Home (2019).
Si Stevie Wonder, que rindió tributo al ‘tío’ en sus comienzos; Van Morrison, probablemente a quien más ha versionado el genio de Belfast; Elvis Presley, Aretha Franklin, Beatles, Eric Clapton, Joe Cocker, Bonnie Raitt, Billy Joel, entre cientos, confesaron su decisiva inspiración, no nos equivocamos al afirmar que Ray Charles es una de las más grandes figuras de la música contemporánea. Su apodo lo corrobora: “El Genio”.
Nacido en 1930 en Albany (Georgia), Ray Charles Robinson se quedó ciego a los seis años víctima de un glaucoma. Esto contribuyó a que desarrollara su talento musical como virtuoso pianista, compositor y dotado, además, de una poderosa y versátil voz.
Lógicamente, bebió primero de las fuentes del blues de los algodonales del sur, de los espirituales religiosos o del jazz, pero no tuvo ningún reparo en abrazar los nuevos sonidos del R&B, el R&R e incluso el country de los blancos para imprimirle siempre su magnético estilo.
Condensar una trayectoria que abarcó desde finales de los 40 hasta poco antes de su muerte en 2004 es una ardua tarea, pero elegimos la recopilación publicada por Rhino “The Very Best” porque incluye sus temas más representativos en las diferentes compañías que grabó.
Se instaló en Jacksonville (Florida), tras la dolorosa muerte de su madre apenas con 14 años, y pronto se ganó la reputación de un impecable teclista en la infinidad de bandas con las que tocó. La poderosa Atlantic le fichó en 1952 y al año siguiente ya tuvo su primer impacto con Mess Around, acelerado boogie con el piano frenético y un animado ambiente Nueva Orleans.
Versátil, pero siempre Genio
La arrebatadora personalidad de Ray ya se desborda en I Got A Woman, un blues que va cobrando garra con los vientos y que atisba la inexorable llegada del Rock & Roll, el mismo 1954 cuando se estrenaba Elvis en los estudios Sun.
Drown In My Own Tears es un estremecedor blues que el Genio desgrana con voz suprema, ahogado en sus propias lágrimas sin el ser querido.
Eddie Cochran la hizo suya y también la grabaron los Beatles, motivo suficiente para considerar Hallelujah, I Love Her So como uno de sus estandartes, pero nadie como él para interpretarla empezando con el juguetón piano, cadencia jazz con potentes cambios, vientos y esa garganta dominante de Ray Charles.
La perfecta simbiosis entre la herencia negra blues-jazz y el imperante ritmo rockanrolero la disfrutamos en What I’d Say, más de seis minutos de pura adrenalina que comienza con el piano desatado, la inquieta batería y un volcán gutural de Charles que no se apaga con apoteosis de voces entrecruzadas con su coro, las impresionantes Raelettes. Grande entre las grandes del Genio.
Georgia siempre presente
Aunque originalmente grabada en 1930 por Hoagy Carmichael, Georgia On My Mind está íntimamente ligada a Ray Charles. Emotiva balada que en su interpretación se ha convertido en el himno oficial del estado que le vio nacer.
El instrumental One Mint Julep, que habían tocado primero The Clovers, exhibe la maestría de Ray con el piano eléctrico rodeado de saxos, trompetas y trombones.
Y llegamos a la emblemática Hit The Road Jack, escrita por Percy Mayfield y que en las manos del Genio adquiere todo su esplendor.
Efervescente desde la primera nota, ritmo contagioso y un dueto para enmarcar entre Ray y la solista de las Raelettes, Margie Hendrix, que le dice al marido de forma concluyente "Date el piro". Magistral ejemplo del tránsito del jazz al soul y una invitación inexcusable para bailarla sin descanso. Fue número 1 en 1961 y ganó un Grammy.
Más conocida quizás por la exitosa versión de Joe Cocker en 1987, Unchain My Heart es imbatible interpretada por él con un cierto ambiente latino, el tremendo solo al saxo de David "Fathead" Newman y el duelo vocal de Ray con las Raelettes.
I Can’t Stop Loving You, clásica vaquera de Don Gibson, demuestra que Charles se desenvuelve igual de bien cantando country y aportando su sello, como hace con la misma soltura en Busted.
Destaca la cadencia swing de You Are My Sunshine, en otro formidable dueto con Margie Hendrix y encendido desenlace, o con tintes góspel en la revisión de la original de los Coasters Let’s Go Get Stoned.
Esta recopilación se cierra con la balada campera Seven Spanish Angels, que el Genio grabó en 1984 con Willie Nelson y la evidencia de que lo negro y lo blanco se funden maravillosamente.
No se incluye su impresionante participación en la película de los Blues Brothers cantando Shake a Tail Feather. El actor Jamie Foxx tuvo el difícil papel de encarnarle en el biopic Ray de 2004 y del que salió muy airoso.
El ‘Hermano Ray’, como también se le conocía, siguió activo hasta casi el último de sus días y a modo de testamento en 2004 se publicó Genius Loves Company, un álbum de duetos con buena parte de sus discípulos y amigos, desde Van Morrison a B.B. King pasando por Elton John, James Taylor, Gladys Knight… El Genio adoraba la compañía y nos sumamos a ella emocionados cada vez que le escuchamos.
¡A disfrutarlo, háganme el favor!
RAY CHARLES - THE VERY BEST (1954 -1984)
.1. I Got A Woman (Ray Charles/Renald Richard)
.2. A Fool For You (Ray Charles)
.3. Drown In My Own Tears (Henry Glover)
.4. Hallelujah, I Love Her So (Ray Charles)
.5. Night Time Is The Right Time (Brown/Cadena/Herman)
.6. What I’d Say (Ray Charles)
.7. Sticks And Stones (Henry Glover/Titus Turner)
.8. Georgia On My Mind (Hoagy Carmichael/Stuart Gorrell)
.9. One Mint Julep (Rudy Toombs)
10 Hit The Road Jack (Percy Mayfield)
11 Unchain My Heart (Teddy Powell/Bobby Sharp)
12 I Can’t Stop Loving You (Don Gibson)
13 You Are My Sunshine (Jimmie Davis/Charles Mitchell)
- Otros discos recomendados: Ray Charles (1957), At Newport (1958), In Person (1960), The Genius Hits The Road (1960), Sings The Blues (1961), Modern Sounds In Country And Western (1962), The Birth Of Soul (Grabaciones completas en Atlantic).
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